Los registros más importantes para la
investigación genealógica en Latinoamérica, son aquellos que han sido guardados
por la Iglesia Católica Romana.
Sucede que en Latinoamérica, la vasta mayoría de
la gente es católica romana, y fue registrada en los registros de las parroquia
o diócesis locales.
Por lo tanto, los registros de bautismo,
casamiento, y los certificados de defunción o entierro de la iglesia, son las
mejores fuentes para rastrear y ubicar lazos familiares. A menudo, en estos
registros están indicadas dos, y a veces tres, generaciones, junto con sus
lugares de nacimiento o residencia.
En 1563 el Concilio de Trento formalizó las
prácticas de llevar registros, que de hecho ya se venían siguiendo en muchos
lugares del mundo católico, incluyendo España y Portugal, así como algunas áreas
colonizadas de Latinoamérica. Los religiosos católicos habían acompañado a los
primeros exploradores y colonizadores a Latinoamérica, por lo que los
sacramentos de la iglesia fueron instituidos y registrados por ellos.
Asimismo, se mantuvieron, por separado,
libros de registro para los bautismos, las confirmaciones, los casamientos, y
los fallecimientos o entierros. Estos registros de parroquias latinoamericanas
datan desde los primeros tiempos de la llegada europea, a veces, como en Perú,
tan temprano como el 1530s.
El ascenso del nacionalismo y la
independencia en Latinoamérica durante el siglo XIX, llevó a que la mayoría de
los países abran sus puertas a otros grupos religiosos además del de la Iglesia
Católica Romana. Los inmigrantes, primero de Europa y luego, virtualmente, de
todas partes del mundo, introdujeron religiones cristianas y no cristianas a
Latinoamérica cerca del fin del siglo.
Sin embargo, pocas iglesias o religiones
registraron a sus fieles tan exhaustivamente como lo hizo la Iglesia Católica,
aunque ciertos grupos de inmigrantes, como los Luteranos alemanes en el sur de
de Brasil y los Menonitas en Paraguay y México, mantuvieron un extraordinario
sentido de comunidad religiosa e identidad étnica.
Los registros de muchas áreas de
Latinoamérica han sido perdidos o deteriorados debido a efectos naturales, como
la humedad y los insectos, y a acontecimientos más dramáticos, como incendios,
inundaciones, y terremotos. Las divisiones civiles y políticas han causado
también la destrucción de libros de parroquia, en una gran cantidad de países.
No existe ningún archivo único para los
registros de iglesia en ningún país latinoamericano. Para todas las religiones,
los registros originales pueden estar todavía en la iglesia o diócesis locales.
Los demás se pueden haber reunido en el estado o en los archivos históricos
locales.
Los sacramentos Católico fueron registrados
en parroquias locales de la iglesia. Virtualmente, todos los registros de
iglesia son mantenidos todavía por la parroquia o diócesis locales.
•Parroquias locales. Las parroquias son
congregaciones locales que pueden incluir muchas aldeas dentro de sus fronteras.
El pueblo donde la iglesia fue ubicada, era considerado la sede de la parroquia.
Esta iglesia era denominada generalmente con el nombre de un santo Católico o
algún nombre con implicancia religiosa, que reflejara la devoción local.
Las aldeas pequeñas que no tuvieron sus
propias iglesias, fueron asignadas a determinadas parroquias. Algunas parroquias
se habían afiliado a capillas en aldeas pequeñas. Con el tiempo, las aldeas y
las capillas pueden haber pertenecido a varias parroquias diferentes, a medida
que las fronteras cambiaban. Las guías de la iglesia y algunos diccionarios
geográficos indican las jurisdicciones de la parroquia.
•Archivo de diócesis. Una copia de los
registros de las parroquias era generalmente enviada a la diócesis o
arquidiócesis que tenían la jurisdicción sobre la parroquia. Por lo tanto, si
los registros ya no están disponibles en la parroquia local, podrían ser
encontrados en los archivos diocesanos. Algunas diócesis han centralizado sus
primeros registros o, a veces, todos sus registros.
Si su antepasado no era Católico Romano y
usted no sabe su pertenencia religiosa;
1. Pregunte a otros miembros de la familia
que la puedan conocer.
2. Busque los
registros civiles de casamiento y defunción, los obituarios, cartas de familia y
documentos, testamentos, y otra información legal para obtener más indicios.
3. Estudie las
historias locales en bibliotecas públicas o de la universidad, para determinar
qué otras iglesias estaban en el área o vecindario en el mismo tiempo en que
vivió su antepasado.