Desde aquí te envío esta carta, a vos, habitante caprichoso de mi corazón.
El motivo es recordarte la pureza de este sentimiento.
No es importante verte, ni tocarte, ni escucharte, ni disfrutarte; en este amor puro lo maravilloso es que existas.
Tal vez los humanos tengamos impregnados en nuestros genes un mandato que nos indica que todo lo que vive en el amor tiene que ser palpado, observado y saboreado, casi nada de eso ocurre entre nosotros, pero de todos modos nos conmovemos al sabernos vivos.
Quiero decirte esto en Navidad porque es un tiempo donde los corazones se hacen grandes para dar espacio a un gran nacimiento, que ello no nos sorprenda egoístas en el crecimiento de este bellísimo sentimiento.
Te propongo que nos ayudemos mutuamente a mantenernos firmes en la pasión, mantenernos sanos en la disposición hacia el otro, ser felices sabiendo que cada uno esta inserto en el pensamiento del otro.
Esta realidad que incita a mantenernos inconmovibles ante la desesperación y el desencanto, es la misma que nos mantuvo unidos estos años. Brindemos con alegría, porque esta Navidad nos sorprenda inalterables en los buenos sentimientos, en la dulzura, en a belleza de lo irrealizable. Soñemos juntos con este amor.
Te espero siempre, a la vuelta del pensamiento, donde duermen las mas bellas emociones”
Si quieres aprender a escribir, inscríbete ahora gratis en nuestro Taller Literario haciendo clic aquí.