En la mayoría de los casos el uso de contraseñas o claves de acceso nos ayudará
a salvaguardar nuestra seguridad, cuando pensamos en proteger cierta información
para que no sea vista por otras personas o cuando necesitamos restringir accesos
a determinadas unidades o servicios online.
Si bien esta solución es la más difundida en la actualidad y quizás, la más
sencilla de implementar, también tiene sus vulnerabilidades, en especial cuando
no se aplica con políticas adecuadas o bien si se dejan algunos aspectos
librados al azar.
Utilizar contraseñas frágiles puede hacer que un equipo o sistema sea de fácil
acceso para muchas persona y corra riesgos de
seguridad.
Teniendo en cuenta que muchos usuarios tienen acceso a gran variedad de
servicios o documentos que pueden estar protegidos por contraseña y que, en
muchos casos, estas pueden ser distintas,hacen más complejo el tema y también
puede hacer que los usuarios se olviden de su clave y tengan que comenzar a
pensar en cómo recuperarla.
Una alternativa que existe hace mucho en el mundo informático, pero que desde
hace un tiempo está en un nivel más accesible para usuarios particulares y
empresas, es la posibilidad de colocarle a nuestro equipo un dispositivo que
pueda reconocer nuestra huella dactilar y, de esta manera, validarnos como si
fuera una contraseña.
Como podemos darnos cuenta, esta alternativa nos permitirá subir el grado de
seguridad de nuestros datos y, a su vez, no tendremos el problema de tener que
recordar contraseñas.
Sensores biométricos para reconocer huellas dactilares
Seguramente hemos visto muchas
películas donde los protagonistas deben identificarse en complejos sistemas
de reconocimiento de huella dactilar (e incluso del globo ocular).
Esto, en realidad, no es algo que sea de ciencia ficción, sino por el contrario,
una tecnología que bien puede aplicarse hoy en día y que, seguramente, cada vez
será más difundida.
La biometría, en materia de
seguridad
posibilita definir distintas técnicas que permiten que una persona se
identifique ante un dispositivo, que puede validar su identidad. Esto puede
hacerse por medio de un rasgo que puede ser físico o bien de conducta. En este
caso, al hablar de huellas dactilares, evidentemente estamos refiriéndonos a un
rasgo físico.