Costa Rica: naturaleza viva sobre el Caribe

Costa Rica es uno de los lugares elegidos por aquellos turistas que aman disfrutar de la naturaleza, en un lugar donde todavía no ha sido degradada...

En su pequeño territorio, este país alberga una de las mayores biodiversidades del planeta, ya que allí se encuentran registradas 850 especies diferentes de aves, miles de mariposas y una gran variedad de flores tropicales (por ejemplo solamente de orquídeas existen 1200 especies). 

Es por eso que cuenta con el sistema de parques nacionales más evolucionado de Latinoamérica, con más de 36 áreas protegidas.

Costa Rica es por otra parte un país con escasa población originaria indígena. En la época de la Conquista, las culturas precolombinas ofrecieron poca resistencia a los españoles, y desaparecieron sin dejar mucho rastro.

Los habitantes de hoy , denominados “ticos”, son criollos que hablan un español con acento norteamericano. Además son personas muy simpáticas y generosas, y son muy respetuoso del turismo que llega a su tierra.

Es por esto que el viajero no encontrará muchos rasgos exóticos en lo que respecta a tradición, salvo por los bailes típicos como el merengue.

Cuando se atraviesa el país rumbo al este comienzan a a parecer los indicios de la cercanía con el mar Caribe: las tierras bajas y húmedas, una selva tupida con palmeras y playas de arenas muy blancas, y por supuesto un mar turquesa que embellece la vista.

Pero además de cambiar de paisaje el turista verá que al llegar al pueblo de Puerto Viejo de Talamanca, ha dejado atrás la Costa Rica hispana y latina, la de los criollos que hablan español y viven del cultivo del café.

Este pueblo es muy pequeño y está integrado por algunas calles de tierra junto al mar, un correo, una escuela, casitas de colores rodeadas de jardines increíbles y playas de arenas blancas y cocoteros que se extienden interminablemente a lo largo de toda la costa.

Los lugareños son en su mayoría de raza negra, de cara plácida y vestidos con ropas alegres, que viven principalmente de la pesca.

Parque Cahuita

Al norte de Puerto Viejo hay otra población caribeña del mismo estilo, Cahuita, donde la vida nocturna es más activa y el look Jamaica mucho más acentuado. Los bares que dan a la playa se transforman por las noches en discos rastas al aire libre donde la salsa y el merengue se mezclan con el reggae.

Al este del pueblo se encuentra la entrada al Parque Nacional Cahuita, uno de los más visitados de Costa Rica, que posee una formula de península que se interna en el mar.

Un sendero recorre la inmensa jungla que se extiende junto al mar, a pocos metros de la playa. Allí habitan distintas especies de monos, mariposas, papagayos, tucanes, colibríes, pelícanos, iguanas, lagartijas, los inquietantes perezosos, y oras especies de animales tropicales.

La playa tiene un arrecife de coral que entrega una variedad increíble de especies: peces loro azul, ángel, isabelita y corales de nombres tanto o más poéticos como cuerno de alce, cerebro, abanico de mar y coral de fuego. Muchos afirman que es uno de los mejores lugares de Costa Rica para practicar snorkelling.

Parque Nacional Tortuguero
 
Este lugar se encentra más al norte de Cahuita. Allí desde julio a octubre las tortugas van a desovar en la orilla del mar. El turista que tiene el privilegio de ver cuando miles de tortugas invaden la playa o el nacimiento masivo de las crías, tendrá la sensación de presenciar un acto de la naturaleza difícil de olvidar.

Además este lugar es excelente para la observación de vida silvestre en general, tanto desde las embarcaciones que recorren el río en el parque como desde los senderos en la selva.

Además de aves, monos y cocodrilos aquí habita la extraña lagartija Jesucristo, que debe su nombre a que puede caminar sobre las aguas. Otro animal extraño que habita esta zona es el manatí o vaca marina, un mamífero de agua dulce parecido a la foca que hace cinco siglos los conquistadores, confundieron con bellas sirenas según la leyenda.

Un hangar de selva y mar

Hacia el sur de Puerto Viejo el camino pasa por las pequeñas localidades de Punta Uva y Manzanillo, y termina en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, a 13 kilómetros de Puerto Viejo por un camino de tierra.

Esta reserva se encuentra emplaza enteramente en el mar, y por el sur limita con Panamá.

Cuenta con árboles gigantescos de varios cientos de años. Si se recorre el sendero se notará que la Reserva sube y baja por los acantilados a donde el mar se estrella, luego vuelve a internarse en la selva donde aletean miles de mariposas y se escucha el canto de las aves que la pueblan.

Aquí se encuentran además las playas más hermosas de Costa Rica. Son playas desiertas de arenas blancas donde el coral divide la línea de la costa en pequeñas caletas que suavizan el ímpetu de las olas y construyen pequeños edenes privados.