Existen dos variables principales a la hora de decidir tu estilo de inversión:
tu tolerancia al riesgo y la cantidad de tiempo que puedes dedicar a la
inversión.
·
Riesgo. ¿Qué tan a gusto te sentirías si invirtieras en algo cuyo precio
cambiara todos los días –y, algunas veces, no lo hiciera en la forma que
esperada-? Existen varios grados de riesgo a lo largo del espectro de inversión,
desde los bonos del gobierno, que se los considera libres de riesgo ya que están
respaldados por el estado, hasta los commodities y las opciones, en los que, a
menudo, puedes perder todo lo que tienes.
Necesitas considerar cuán confortable estarás viendo a tu inversión decrecer en
el corto plazo, mientras esperas que se incremente en el largo plazo. Aunque las
acciones, históricamente, han incrementado su precio durante los últimos dos
siglos, ha habido algunos períodos en verdad malos. Sin contar dividendos, tus
inversiones patrimoniales podrían haber perdido el 80% de su valor su hubieras
comprado acciones en 1929, antes del colapso. Asimismo, podrías haber perdido el
40% si hubieras comprado en 1972. Por otra parte, en octubre de 1987, el Dow
Jones decreció un 25% -sólo en un día-.
No obstante, lo que es importante recordar sobre las acciones, es que nadie
pierde sino hasta vender. Por ejemplo, si no hubieras entrado en pánico y
vendido tus acciones en octubre de 1987, te hubiese ido bastante bien ya que el
mercado se recuperaría notoriamente en los años posteriores. Eso es porque,
cuando inviertes en el mercado de acciones, necesitas pensar a largo plazo. No
inviertas dinero en acciones que necesitarás en el corto plazo.
Los bonos del gobierno ofrecen retornos garantizados, y las cuentas de ahorros
bancarios están aseguradas por la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC).
Para la inversión en acciones, no existe una garantía similar que asegure un
paseo sin sobresaltos -o que cada inversión que hagas produzca dinero-, pero si
compras buenos negocios y los retienes por largo rato, las probabilidades
estarán a tu favor. Sólo recuerda que la ruta más segura no es siempre la mejor.
De hecho, el mayor riesgo no es asumir demasiado riesgo, lo que quiere decir no
invertir lo suficiente en acciones.
También debe decirse que puedes aprender a incrementar tu tolerancia al riesgo
para invertir en acciones. Una vez que veas el tipo de retornos que pueden
generar con el tiempo, te darás cuenta de que, ciertamente, no importa si tus
acciones suben o bajan en el transcurso de unas pocas horas, días, semanas e
incluso meses. Puede ser divertido chequear los precios de tus acciones (y es
fácil de hacerlo gracias a la Internet) pero no tiene mucha importancia en el
largo plazo.