Cómo comprar la primer vivienda propia
Históricamente las
propiedades
son valoradas como refugio del ahorro, pero además, y en la mayoría de los
casos, su adquisición genera casi siempre alguna expectativa extra.
El caso más emblemático es el de la primera vivienda propia, en el que la transacción inmobiliaria es totalmente diferente a la venta de cualquier otro producto o servicio.
Es que esta compra conlleva una carga emotiva muy significativa, y está llena de expectativas e ilusiones.
Por un lado es una operación comercial que requiere una inversión importante, y que - sobre todo para quien no tiene experiencia - demanda una serie de trámites legales y burocráticos de cierta complejidad.
Hay que tener en cuenta también que la elección realizada va a condicionar una cantidad de decisiones posteriores: desde la elección de la decoración hasta dónde comprar alimentos, cercanía de los lugares de trabajo, estudio y diversión, formas de trasladarse, etc.
Pero sobre todo, hay una clara percepción de que representa el primer paso de un nuevo camino.
Habitualmente, los casos en donde aparece la oportunidad de la primera vivienda son los de una pareja que decide convivir o que se casa, o el de un individuo que decide iniciar su independencia, a veces simplemente mudándose a un domicilio distinto del de su familia o quizá para estudiar o trabajar en otro lado.
Hay ocasiones en que son los padres quienes adquieren esta propiedad, para facilitarle a los hijos el camino hacia la independencia y el crecimiento. En otros casos, el cliente viene también acompañado por algún amigo, que lo asesora y ayuda.
Invariablemente, el o los nuevos propietarios de una primera vivienda tienen montones de preguntas, esperanzas y dudas.
Para facilitar todo este proceso, es fundamental que el vínculo con la inmobiliaria esté basado en la confianza. Por eso el profesional debe poder transmitir cuales son las mejores alternativas de compra, además de informar con claridad todas las etapas de la negociación, y sus tiempos.
Finalmente, debe acompañar al cliente hasta el final del proceso, en especial cuando se trata de alguien joven y con poca experiencia de vida, y surgen dificultades por la forma de pago o algún trámite legal.
Respecto a los aspectos a tener en cuenta a la hora de adquirir la primera unidad, debemos señalar, en primer lugar, la elección de la zona.
Este punto muchas veces se ve influenciado por el barrio donde se crió el futuro dueño y donde tiene amigos, o dónde viven actualmente sus padres o sus suegros, o bien por la cercanía a su trabajo o a su lugar de estudio.
Pero dado que la compra de una vivienda es algo que no se realiza todos los días y permanece por mucho tiempo, además de estos factores se deben considerar otros aspectos: la seguridad de la zona, el fácil acceso a medios de transporte, el nivel de ruido y movimiento de gente a distintas horas, los espacios verdes cercanos, a cuantas cuadras se encuentra de supermercados, farmacias, hospitales, etc.
Una opción es ponderar la calidad de vida, eligiendo una zona residencial alejada del barrio de origen, pero evaluando que habrá luego medios de transporte que garanticen un rápido acceso a la casa familiar.
Otro aspecto fundamental a la hora de adquirir la primera propiedad es el valor de reventa.
Es importante que el inmueble acompañe el crecimiento de su dueño/a, y si en algún momento cambian sus necesidades (por crecimiento de la familia, por ejemplo), pueda ser vendido sin mayores complicaciones. Aquí es donde aparece el valor de reventa, que se determina por:
- el valor por m2 usado, diferente según la categoría del barrio e incluso según dentro del barrio mismo;
- el tamaño y ubicación de la propiedad. Recordemos que las unidades mas demandas para estas primeras compras son pequeñas, generalmente de uno o dos ambientes;
- las características generales de la propiedad. A muchos jóvenes les encanta la idea de tener un departamento al que se accede por escalera, o con ciertas características únicas (como un baño incorporado al dormitorio en un loft, por ejemplo). Pero esto puede dificultar la reventa,
- el estado general del inmueble y del edificio donde se encuentre. A veces la propiedad se encuentra en perfecto estado de conservación, y el dueño la embelleció con creatividad y recursos. Pero si el edificio desmerece el conjunto, esa inversión no se va a recuperar.