Como El Líbano y Siria estuvieron por muchos siglos dominados como colonias, la vida era muy difícil para sus habitantes.
Los períodos de guerra religiosa entre los musulmanes y los cristianos, los conflictos por la tierra, y la luchar entre tribus eran moneda corriente en ese lugar, por lo que muchos pobladores comenzaron a ver a la emigración como la única salida de sus problemas.
Los barcos a vapor Líneas Francesas y Fabre llevaron a muchos libaneses y sirios a América, generalmente haciendo escalas en Havre o Marsella, para luego llegar a su destino.
Entre 1860 y 1890, comenzó a llegar la primera inmigración libanesa y siria a América. La primera familia completa siria en arribar al continente, fue la del profesor Joseph Arbeely que llegó a los Estados Unidos junto con su esposa, sus seis hijos y una sobrina, en 1878.
Dos de sus hijos, fundaron más adelante el primer periódico árabe en el mundo occidental, y otro fue cónsul en Jerusalén, bajo la presidencia de Grover Cleveland.
Durante Primera Guerra Mundial, la inmigración declino levemente, pero en la posguerra volvió a crecer notablemente. Por supuesto que la inmigración no era nada fácil: El viaje era bastante costoso, y tomaba de tres a siete semanas, dependiendo del clima.
Los inmigrantes solían venir en grupos familiares, pero era más común que llegarán hombres jóvenes (y de vez en cuando, mujeres jóvenes), esperando encontrar trabajo y enviar el dinero necesario para costear el pasaje de los otros miembros de la familia.
A menudo venían con otro compañero de su pueblo o aldea, o tenían amigos o parientes que los esperaban en América. Si no podían pagar el pasaje de todos los miembros de la familia, el padre llevaba primero a los hijos mayores y la madre y los más chicos continuaban esperando que les llegase el dinero, por lo que es muy probable que sus ancestros hayan venido en diferentes viajes.
La vida en América
El primer objetivo que tenían al arribar al país elegido, era encontrar empleo. Cerca del 20% de los inmigrantes eran trabajadores calificados en su país, algunos de ellos profesionales, pero la mayoría eran terratenientes o pequeños granjeros arrendatarios.
Cuando llegaron al país -sin tierras, solo con unas monedas, e incapaces de hablar el idioma-, eran pocos los trabajos que estaban disponibles para ellos. Algunos fueron a trabajar en fábricas, o tomaron empleos en los gobiernos de su ciudad, pero la gran mayoría se convirtió en comerciantes o pequeños empresarios, poniendo restaurantes, casas textiles, almacenes, o pequeñas fábricas.
Casi no existen informes que señalen a algún inmigrante temprano siriolibanes que no se haya dedicado a la venta ambulante a domicilio o de ciudad en ciudad, ofreciendo cordones, telas, alimentos no perecederos, sogas, u otros elementos necesarios para las amas de casa.
Tanto hombres como mujeres, salían de sus hogares determinados días de la semana, con pesadas bolsas o cajas de cuero para llevar las muestras de sus mercancías, y tomaban los pedidos para su siguiente viaje. El vendedor ambulante, era a menudo el “corredor” de una sociedad compartida con otro socio, que permanecía en el negocio para cuidar de él.
La libanesa y la siria eran colectividades muy unidas, con gente muy diligente, trabajadora, familiera, y de buena posición económica, que habitualmente concurría a la iglesia o la mezquita. Los casamientos dentro de la comunidad eran muy animados, por lo que los padres a menudo arreglaban las uniones de sus hijos.
Raramente se implicaban en la política, pero las comunidades ejercitaban un estricto control sobre cada uno de sus integrantes, por lo que los porcentajes de libaneses o sirios que cometían algún delito eran muy bajos.
La educación era muy importante, por lo que no es casualidad que los libaneses y sirios de la tercera generación hayan sobresalido en sus respectivas profesiones.
Quienes sean descendientes de libaneses y sirios tienen una oportunidad única de investigar sus propios antecedentes familiares, al tiempo que pueden colaborar a preservar la historia étnica de la comunidad y de su gente.
Cada investigación agrega más datos y conocimientos en este campo, especialmente si una copia de la misma se entrega a las bibliotecas o sociedades civiles históricas, para que otros también puedan reconstruir su pasado. La metodología utilizada para investigar los antecedentes familiares libaneses y sirios, es similar a la usada para las familias de origen europeo, aunque con algunos pequeños cambios.
Investigando a sus antepasados
Hable con todos los miembros de la familia que le sea posible: padres, abuelos, tíos abuelos, tías, tíos y primos. Puesto que la inmigración más grande se desarrolló entre 1890 y 1914, algunos de los inmigrantes originales todavía pueden estar vivos, y muchos de sus hijos sin dudas que continúan con vida. Un grabador y un pequeño cuaderno son sus herramientas básicas.
Para comenzar a saber más sobre la cultura sioriolibanesa en general, puede preguntarles a otros inmigrantes conocidos, que hacían y donde estaba su familia en su anterior país o su ciudad de origen, las razones de la inmigración, las costumbres que guardaron, y las vidas que tuvieron al llegar.
Pregúnteles a los hijos y nietos con antepasados inmigrantes, como vivieron su niñez, que historias o noticias escucharon de sus padres, que comidas comían, que celebraciones hacían, y como se relacionaba la familia con la comunidad americana.
Realice preguntas amplias, que no puedan tener un “sí” o un “no” como respuesta. No pregunte “¿Su padre jugaba mucho con usted?”, si no “Cuales son los primeros recuerdos de su padre?”. La oportunidad de hacer preguntas a los inmigrantes originales es bastante limitada, y si usted no aprovecha este tiempo, su investigación será más complicada. Los documentos públicos estarán disponibles para siempre, pero los recuerdos personales de estos inmigrantes, y de sus hijos, morirán con ellos.
Busque todo tipo de papeles, documentos, y fotografías familiares para reconstruir sus antecedentes familiares. Una buena fuente, por ejemplo, son los formularios de ingreso al país, donde se les solía pedir el nombre original y la ciudad de procedencia, incluyendo el nombre del barco, y la fecha aproximada en que zarpó y llegó.
Una vez que usted sepa esto, pida al Ministerio del Interior las listas de pasajeros; si la encuentran, podrá sacar una copia de la página donde se menciona a su pariente.
Las listas de pasajeros no solamente tienen información sobre los miembros familiares que viajaban juntos, sino que a menudo mencionan a los parientes que permanecían en el país original. Muchos expedientes de los barcos y las listas de pasajeros pueden también encontrarse en Internet o en las páginas de las compañías que aún prestan servicio.
Entre también en contacto con la iglesia a la que sus parientes concurrieron. Para muchos inmigrantes, este era el centro de sus vidas culturales y sociales, por lo que allí se pueden encontrar certificados de nacimiento, de matrimonio o de defunción.
Si usted entra en contacto con la iglesia por correo, no olvide incluir su dirección y unas estampillas para que no incurran en gastos al responderle. Puede existir un pequeño costo por cada documento que le proporcionen, pero, en cualquier caso, incluya una pequeña donación con su consulta o respuesta.
Investigar en el Líbano y Siria es algo más difícil, pero también puede realizarse. La Biblioteca Jafet, en la Universidad Americana de Beirut, Líbano, por ejemplo, tiene un centro de consultas, y su personal suele responder todos los casos.
Si usted sabe bien los nombres árabes y las fechas apropiadas, puede obtener las partidas de nacimiento o defunción en el distrito o sede de las Oficinas de Censo. Trate de enviar su pregunta a la Oficina de Censo de la comunidad (es decir en su aldea, ciudad, o condado) donde vivió su antepasado.
El personal de los Archivos Nacionales Sirios, en Damasco, informó recientemente que los certificados de nacimiento, muerte y matrimonio existen en Siria desde hace muy poco, por lo que solo se pueden conseguir documentos en las parroquia o iglesias.
De hecho, las iglesias de muchas áreas han sobrevivido a los bombardeos, por lo que si usted conoce específicamente a cual concurría su antepasado, puede entrar en contacto con ella directamente. Los expedientes de las iglesias no han sido catalogados, pero igualmente pueden ser hallados.
Por ejemplo, los archivos de las comunidades armenias o maromitas de Alepo, que datan de mediados del siglo 19, están disponibles incluso por correo (recuerde escribir su carta en árabe, y si no consigue a alguien que pueda hacerle la traducción, en inglés).
Los Archivos Nacionales Sirios poseen los expedientes de varias cortes situadas en Damasco, Aleppo, Homs, y Hama, de los años 1517 a 1919.
Los expedientes de cortes son documentos muy completos, pero algo confusos para identificar herencias, propiedades, procedimientos de divorcio, u otros asuntos legales de los musulmanes, cristianos, y las poblaciones urbanas judías. Estos expedientes no se catalogan, por lo que no poseen los nombres de los habitantes de la Siria pre-moderna.
Por lo tanto, si bien es cierto que pueden servirle para su investigación familiar, debe trabajar bastante, y armarse de mucha paciencia. Sin embargo, los funcionarios públicos suelen comprometerse con las búsquedas que se realizan en Damasco. Pero es muy recomendable que usted o su acompañante tenga un profundo conocimiento del idioma árabe.
Tenga presente que las traducción de los nombres árabes al castellano, a menudo dejaban mucho que desear. Intente descubrir si el nombre que usted está investigando no es el original; si es así, necesita descubrir cuál era el verdadero antes de partir al exterior.
Como con otros grupos étnicos, hay nombres asociados a las ocupaciones, como Khoury/cura o Kaout/sastre, a los rasgos de carácter o condiciones físicas, como Eyen/enfermizo, o algunos topónimos. Una investigación completa de los nombres que usted está buscando será fundamental, y le ahorrará mucho tiempo y dinero en el futuro.
Internet
Existen sitios para la mayoría de los grupos étnicos. Quines investiguen a familiares libaneses pueden dirigirse a http://genforum.genealogy.com/lebanon. Otro sitio interesante es http://www.mit.edu:8001/activities/lebanon/map.html , que ofrece una correspondencia interactiva con el Líbano.
Ponga en un buscador (google.com, yahoo.com, o altavista.com) las palabras “libanés” o “sirio” y “genealogía” y encontrará muchos otros sitios de calidad en castellano, para aumentar su conocimiento sobre estos países.
También están disponibles boletines de noticias de genealogía. www.genealogytoday.com y http://www.daddezio.com son dos de los mejores a los que se puede suscribir, ya que le proveen de información gratuita, actualizaciones, artículos de educación y mucho más. http://cyndislist.com también es muy recomendado, por la metodología general de investigación que enseña.
De cualquier forma, tenga en cuenta que Internet también tiene muchos datos erróneos o imprecisos, por lo que debe corroborar cualquier información que allí encuentre.
Por último, no deje que su duro trabajo se eche a perder. Ofrezca a cada uno de sus hijos u otros miembros de la familia, una copia de sus investigaciones sobre sus antecedentes familiares.
También puede entregar una, a una biblioteca pública o asociación civil. Trate de que el fruto de su trabajo se esparza lo mayor posible: Las historias familiares y de comunidades son más valiosas cuando se comparten.