Siguiendo los consejos de notas
anteriores, usted ya recogió toda la información disponible en el seno de su
familia, y se apresta a iniciar la búsqueda en archivos y repositorios de
documentación.
Antes de
hacerlo, es conveniente estar preparado para sacar el máximo provecho de esa
búsqueda.
¿Sabe qué está buscando?
Para cada ancestro o familiar, es necesario tratar de averiguar:
-Nombre completo (y apodo, si los hubiera). En comunidades bilingües pueden
existir dos “juegos” de nombres, el civil (el del documento) y el de la
comunidad de pertenencia (es el caso, por ejemplo, de los judíos de Europa
Oriental). Existen casos, también, en los que la persona es conocida por todo el
mundo, durante toda su vida, por un nombre diferente al que figura en sus
documentos.
-Fecha y lugar de nacimiento.
-Fecha y lugar de matrimonio/s.
-Fecha y lugar de fallecimiento.
-Nombre de los padres.
Esta es la información básica, imprescindible para saber dónde y cómo buscar
mayor información.
Tenga en cuenta que, si bien ancestros son sólo aquellos de quienes usted
desciende en línea directa, no son sus únicos familiares. También existen los
parientes colaterales, que tienen un ancestro común con usted pero que no se
encuentran en su línea directa: los hermanos de sus padres, sus primos, sus tíos
abuelos, los tíos de sus padres y abuelos, etc.
No
deje de recoger datos sobre ellos si tiene la oportunidad, pues no dejan de ser
su familia y pueden conducirlo a información sobre sus ancestros. Lo ideal es
recabar sobre ellos los mismos datos que sobre sus parientes directos.
Dónde tomar las notas
Aún
en la era de las computadoras, la mayor parte de la información terminará
estando en un momento u otro en papel. Y eso puede significar MUCHO papel. Usted
ni se imagina la cantidad de tiempo que puede perderse buceando en pilas de
papel desorganizado.
Algunos consejos prácticos:
-No
anote en cualquier pedacito de papel que tenga a mano. Tarde o temprano se
perderá. Use un cuaderno espiral o en hojas sueltas sostenidas por un clip.
-Lo
ideal son las hojas sueltas: no necesita andar con el cuaderno (es decir, con su
investigación entera) por todos lados, y las hojas pueden clasificarse en forma
separada.
-Use papel de tamaño estándar y siempre el mismo. Andar lidiando con hojas de
distinto tamaño puede ser muy engorroso, sobre todo cuando se tienen que
adjuntar o fotocopias o formularios.
-Escriba de un solo lado del papel. Recordará este consejo cuando tenga su
conjunto de hojas unidas por un clip y su cuello se transforme en péndulo para
ver de ambos lados.
Cómo tomar las notas
-Idee su propio sistema y utilice siempre el mismo. Comience por anotar en cada
hoja el “tema” sobre el que contiene información, típicamente en la esquina
derecha superior (apellido investigado, lugar en que se toman las notas, y
fecha).
-Use hojas diferentes para apellidos diferentes, aunque la información provenga
de la misma fuente. Cuando empiece a investigar cada rama de la familia por
separados, notará la utilidad de esto.
-Organice su material para no tener que estar recopiándolo con frecuencia. Con
cada copia aumenta geométricamente la posibilidad de errores.
-Siempre haga una cita completa (la autoridad o fuente de la que proviene la
información) de la fuente que está usando, con todos los datos disponibles. En
genealogía, cada hecho necesita al menos una cita completa en que apoyarse.
Esto
es particularmente importante si usted está realizando la investigación con
algún objetivo que depende de la aprobación ajena: publicación, membresía en
sociedades, cuestiones de herencia, ciudadanía, etc. Por otro lado, necesitará
la información para comparar fuentes diferentes o para volver a revisar la
fuente en cuestión.
-Recuerde que aparte de escribir tiene que poder leer lo que escribió. Lo ideal
es que los demás también puedan leerlo. Use abreviaturas, flechas y símbolos que
luego sepa qué significan. Escriba TODO, algo que parece superfluo en el momento
puede revelarse crucial más adelante.
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