Celos infantiles: psicología y tratamiento

¿Cómo se originan los celos de los niños? ¿cómo deben afrontarlos los padres?

Celos infantiles: psicología y tratamiento


 

  



 

A partir de los 3 años, el niño comienza a percibir que su madre se debe a otras personas, por lo que éstas pasan a ser vistas como competidores en el cariño de su madre. Por ello, es a esta edad cuando aparece el complejo de Edipo o Electra, pero también pueden aparecer otro tipo de celos: los celos hacia los hermanos.

Los celos hacia los hermanos

Muchas veces, cuando llega un hermanito, la madre dedica más tiempo a éste y para el hijo mayor es como si se le hundiera el mundo. De hecho, si la situación de celos es crítica, normalmente se debe a que la madre se ha volcado demasiado en atender a su nuevo bebé.

El comportamiento de la madre debe ser siempre justo y proporcionar a cada hijo lo que necesita y no quitarle a uno lo que al otro no le hace falta.

El niño con celos suele descubrir que una forma de llamar la atención de la madre es ofreciéndose para ayudarla a atender a su hermano, por ello, una buena fórmula para que el pequeño se sienta importante y más incluido es invitarlo a ayudar a cambiar los pañales, o a moverle un muñequito frente al rostro en lo que mamá lo viste.

También puede ocurrir que el hermano pequeño tenga celos al mayor, sin embargo, este tipo de comportamientos es más atenuado, ya que el menor siempre ha vivido con su hermano mayor.

Formas de manifestación de los celos

El niño celoso puede manifestar comportamientos exagerados que van desde la agresión física al hermano, hasta la enuresis, el tartamudeo o la regresión a comportamientos anteriores ya superados. Por ejemplo, pedirle a la mamá que le compre un chupete igual que el de su hermano.

Toda conducta de celos suele ir dirigida en dos sentidos:

- anular al hermano, ignorándolo y así lograr reconquistar a la madre; o

- haciéndose el pequeño o tratando de ser gracioso de cualquier modo.

No obstante, el problema suele solucionarse cuando el niño entra en contacto con otros niños y experimenta la sensación de ser un miembro más del grupo. Por supuesto, este niño luchará por establecer su supremacía sobre los demás, pero el grupo poco a poco, equilibrará ese sentimiento egocéntrico para dar prioridad al sentimiento de inclusión.

 En cuanto a los celos que siente el hermano menor hacia el mayor, normalmente éstos suelen transformarse de forma natural en admiración y el pequeño se convierte en el mayor admirador de su hermano grande.

En suma, sentir celos es una reacción natural ante la llegada de un hermanito intruso porque el niño hasta entonces era el rey de la casa y queda destronado por el pequeño. De hecho, cada vez que nazca un nuevo hermanito, los demás, en mayor o menor medida, volverán a pasar por el mismo proceso, aunque de forma más atenuada.

Ante este cuadro de celos, la labor de los padres deberá ser siempre de autocrítica, para evaluar si están siendo justos y proporcionan la adecuada cantidad de atención a ambos hermanos. Además deben tratar de hacer que el niño participe en actividades sociales con otros niños, como ir al parque o a cumpleaños, tan pronto como sea posible.

Por último, si los padres creen que no pueden hacer frente al problema de celos de su hijo mayor, pueden solicitar ayuda a un experto en psicopedagogía, que les asesore sobre el caso e intervenga al pequeño.

Por Jenny Guerra Hernández
www.facilmente.org

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