¿Recuerda su
primer amor? ¿Cómo pensaba en ese entonces respecto del mismo? ¿Creía que
duraría para siempre?
El aprendizaje de
las relaciones afectivas no es en absoluto fácil, y si a esto se le combinan las
inestables hormonas juveniles, es fácil darse cuenta de por qué las relaciones
amorosas en los jóvenes pueden llegar a ser tan conflictivas.
¿Qué hacer
entonces cuando se ve que un adolescentes está sumamente implicado en una
relación que llega a ser demasiado intensa, pero no tan sana? ¿Cómo manejar, por
ejemplo, una situación de celos o posesividad?
A continuación,
le ofrecemos algunos consejos que hemos recabado de los mismos padres: puede que
ellas le ayudan a guiar a su joven hijo por el sendero de una relación sana.
Ayudando a su hija
Es importante que
le señale a su hija en que momento su novio esta actuando incorrectamente. Si él
la trata de una forma posesiva, dígale a su hija que usted no aceptaría vivir
así. Todo esto podrá hacer que vaya tomando conciencia de la situación. Lo
importante, será disuadirlas antes que prohibirles, pues prohibiéndole ver a la
pareja solo podría estimular más su adolescente y rebelde alma.
En este sentido, lo ideal sería que se tome las cosas con
calma y tiempo, o trate de implicar más al novio en las actividades de la
familia, para controlar mejor la relación y posiblemente lograr con él una
comprensión mutua.
Sepa que imponer
el hecho de que cese la relación sólo causará resistencia y falta de
comunicación. Por otro lado, sería peligroso e irresponsable permitir que una
niña se defienda por sí misma, siendo tan inexperta en las relaciones. Por eso,
el mejor primer paso hacia una solución, deberá ser, como señalamos, implicar a
ambas partes en la comunicación, persuadiéndolos pero también aconsejándoles.
Pregúntele a su hija qué es lo que sinceramente quiere ella
para su vida, sus metas, etc. Puede parecer una cosa muy difícil de hacer, pero
ella apreciará y necesitará de su cuidado, y su amor propio será mejor si se le
respetan las propias elecciones, que no obstante deben ser guiadas.
Se debe tener también en cuenta que las chicas que se
desarrollan más temprano, tienen mayores probabilidades de mantener una vida
amorosa más temprana, por lo que es necesario tener un cierto control sobre
ellas, pero aceptando que sus sentimientos son muy normales, pues toda joven
adolescente necesita enamorarse, besarse y en algunos casos ir más allá.
Sin embargo, para permitir que su hija pueda gozar su
naciente sexualidad de una manera segura, sería importante que incentive las
reuniones con grupos de pares que usted conozca. Organice estas reuniones, para
que las jóvenes no estén solas y conozcan gente apropiada.
Asimismo, será
atinado que le haga saber a su hija que sus inclinaciones están bien,
pero que eso no significa que ella sea libre para actuar sin responsabilidades.
La educación tiene que incluir lo que ella puede hacer para expresar sus sentimientos
de intimidad, y aquello en lo que debe tener mucho cuidado o bien esperar. Si
sólo dice no, su joven adolescente nunca vendrá a usted para pedirle consejos, y
eso puede ser más inseguro. Proporciónele libros y la posibilidad de hablar con
un adulto con quien ella sienta comodidad, además de usted mismo.
En cualquier situación de pareja, si existe una fuerte señal
de una relación abusiva, llame a un centro de información sobre abuso y consulte
como podría tratar este problema.
El caso de los varones
Por supuesto,
tampoco los hijos están exentos de problemas a esta edad, sobre todo por que la
mayoría de los diálogos sobre romance se formulan sólo entre madres e
hijas.
Ellos quieren
verse atractivos y deseables para el género opuesto. Eso no es nada nuevo. Sin
embargo, es importante que no se pierda de vista un asunto fundamental, que es
que sus hijos no tienen mucha idea de cómo lograr esto, y, basados en la nociva
publicidad, muchos pueden creer que los bienes materiales son fundamentales para
esto.
En efecto… ¿Cómo
esperamos que nuestros hijos sepan lo que una chica quiere, sus necesidades, o
qué encuentran atractivo, si nosotros no les desentrañamos para ellos los
misterios de las mujeres?
Por eso, la
primer pregunta que debería hacerle es: ¿Qué piensa él que impresiona a una
chica? Es probable que conteste que esto es obvio, que son los autos, el dinero,
o el éxito. Dígale que, en cambio, las chicas interesantes aman la honestidad,
los gestos de cuidado, etc.
Los chicos
necesitan tanto, si no más, de instrucciones sobre el romance que las chicas.
Sin dudas se sorprenderán.