Vacaciones, el momento ideal para dialogar con los hijos
Diálogo.
¿Qué cosa es el diálogo? Hay cientos de definiciones. Pero tomemos una sencilla
de un diccionario cualquiera. Diálogo: "Charla entre dos o más personas, que
alternativamente manifiestan ideas o afectos". Así de simple.
Pero, qué difícil resulta dialogar con los hijos, sobre todo si estos son adolescentes o jóvenes en camino a la madurez.
Una de las
trabas principales, es la escasez de tiempo para hacerlo. No tenemos tiempo y
ellos tampoco. "El fin de semana hablaré con mis hijos, los invitare al cine,
compraremos nieve , jugaremos al billar, lo prometo. Juro que esta vez lo haré".
Pero..., el momento nunca llega, porque las preocupaciones de padres e hijos son
muchas y cuando existe un espacio libre, están con la televisión, el Internet,
los amigos, los estudios, la siesta que uno tanto necesita, después de
desvelarse el fin de semana..
Pero en vez de preocuparnos, deberíamos
ocuparnos. ¿Cómo hacerlo? Entre otras cosas, aprendiendo a manejar el tiempo y
evitando que este nos lleve por delante.
El concedernos el tiempo necesario para entablar el diálogo, es uno de los
elementos fundamentales para que éste sea posible.
Tiempo que, sumado entre otras cosas a la predisposición para hacerlo, la apertura de corazón, la necesaria escucha, el discernimiento, el buen consejo y la corrección fraterna, junto al encuentro de un espacio físico para que tenga lugar, nos asegurarán buenos frutos.
Y esto de darnos tiempo, no es cosa fácil. No sabemos bien la razón, pero el tiempo nos exige, nos empuja, nos pasa por encima y termina devorándonos.
Y así, el tiempo presente se consume vertiginosamente, atrapado entre las huellas de un pasado, que nos grita lo que no pudimos hacer y las ansias por conocer lo que puede llegar a sucedernos en el futuro.
"El tiempo vuela". "El tiempo es oro".
Tantas veces hemos escuchado decir esto y siempre hay mucha verdad en los dichos
populares. Pero si el oro es el tradicional símbolo de la riqueza, ¿qué mayor
riqueza que entregar parte de nuestro tiempo al diálogo con nuestros hijos?
Porque como el tiempo vuela, cuando queramos darnos cuenta, ellos ya no estarán
más a nuestro lado será imposible volver a dialogar.
Nosotros, los adultos, somos los que debemos tomar la iniciativa dando el primer paso. No sólo porque precisamos recibir afecto y conocer como evolucionan las ideas de nuestros hijos, sino, porque ellos lo necesitan más aún que nosotros, pues la vorágine del tiempo en que vivimos, también atrapa a los jóvenes y los desorienta.
Miedo al futuro laboral. Temor a las
obligaciones. Pánico por asumir compromisos. Desmoronamiento de la escala de
valores. Indiferencia. Incertidumbre. Escepticismo.
Y tantas cosas más, que podríamos decir acerca del escenario en que ellos se ven
sumergidos. Ante semejante panorama, si los jóvenes están privados de diálogo en
el seno del hogar, ¿a quién pueden recurrir en busca de consejos o de límites?
Lamentablemente, muchas veces el único remedio que encuentran, es escapar de la
realidad con espejismos falsos , mientras nosotros, los adultos, nos quejamos
de que esto suceda.
"Pero si me rompí el lomo por ellos. Todo lo hice por mis hijos. ¿Cómo es
posible?" que no lo comprendan?
"Hoy lloré
con mis hijos, tome café con ellos, les repetí que contaban conmigo que
estaríamos juntos ". Frases que permanecerán grabadas en el corazón de nuestros
hijos .Porque lo que tiene significado, no se pierde ni se vuela.
Lo vital es lo valioso, lo que nos dignifica como personas, por encima del
tiempo y de nuestros logros o fracasos personales. Y nada más vital que nuestra
propia trascendencia en otras vidas, como son y serán siempre nuestros hijos.
En esta sociedad, con crisis de valores,
es necesario rescatar lo más valiosos que tenemos, como padres es nuestra
responsabilidad la de crear un mundo mejor y de esperanza para los hijos, en el
que ellos se sientan libres y creativos, para desarrollarse como personas.
¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan deseos de prosperar y de salir
adelante en la vida?
Transmitirles un espíritu de lucha, de
trabajo constante, de confianza en sí mismos y esto solamente se adquiere cuando
el hijo se siente a gusto, querido y respetado por sus padres.
Yo los invito a ustedes padres de familia, que les pregunten a sus hijos ¿Qué es
lo que quieren hacer?, ¿cómo quieren pasar el tiempo y créanme no es con más
dinero, no es con lujosas camionetas, lujosos carros sino simple y sencillamente
con una parte de su tiempo. .
Recuerde siempre ¡Que la calidad del tiempo que dedique a sus hijos, será el
tesoro más valioso que ustedes le puedan otorgar! Por eso, para que cuando
crezcan sus hijos se mantengan cerca y confíen en el buen tino de un consejo
suyo, señores padres y madres de familia, en vez de prohibir, regulen y
recuerden que como todo el mundo, niños y jóvenes tienen derecho a pensar
distinto a ustedes, a equivocarse, a desear ganar cada vez más independencia y
libertad, aunque sean como pajarillos que van y vuelan explorando el mundo pero
siempre vuelven al nido.
De la manera que un padre pase su tiempo
le deja saber a sus hijos lo que es importante para él. Si usted
siempre esta ocupado para sus hijos,
ellos se sentirán abandonados no importa lo que usted les diga,
Hay que sacrificar otras cosas, pero es
esencial el pasar tiempo con sus hijos. Los hijos crecen tan rápido.
Oportunidades perdidas son para siempre perdidas.
Muchas veces el único tiempo que un padre toma para hablar con sus hijos es
cuando ellos han hecho algo malo.
Queremos
ser muy especiales con los regalos, pero tal vez inconscientemente, estamos
tratando de equilibrar nuestro amor hacia nuestros hijos con el falso supuesto
que si nuestros hijos tienen mas serán mas felices ,sin pensar, nos
esforzamos por complacer a nuestros hijos en sus antojos por desproporcionados
que sean..y no solo por amor, sino movidos por un terrible sentimiento de
culpabilidad, solo nos importa hacerlos” felices”.
Una felicidad pasajera, los regalos al final quedaran abandonados, nuestros
bolsillos vacíos igual que la sensación que sentimos y sienten ellos después.
Los valores verdaderamente importantes y duraderos como pueden ser el compartir
en familia:
¿Será que le estamos dando demasiado a nuestros hijos? La culpa creer que no
pasamos suficiente tiempo con ellos nos maneja? O tal vez queremos darles lo que
nosotros no tuvimos? Les damos computadoras, zapatos de moda, ropa de marca,
juegos electrónicos, discos, carros.
Tanto ellos como nosotros sentimos que
algo falta pero no sabemos que es. Un vació que llenamos con resentimientos,
caprichos, enojos rebeldía, cuando lo que están tratando de pedir a gritos es
comprensión tiempo, amor.
Cosas que con dinero no se compran. No pregunte únicamente: “¿Qué hiciste hoy
en la escuela?” Haga preguntas como: “¿Cómo te fue?” “¿Cuáles fueron tus últimas
calificaciones en los exámenes?”
“¿Sientes que vas progresando?” “¿Qué fue lo más interesante que hiciste hoy?”
“¿Qué fue lo que mejor hiciste hoy?” “¿Qué tienes que hacer para mañana?”
Hágales saber que usted piensa que ellos son valiosos y capaces como seres
humanos y que usted sabe que pueden triunfar. Cuide las palabras y las ideas que
expresa y comparte con sus hijos. Usted es una de las personas más importantes
en el mundo para sus hijos y ellos quieren hacerlo feliz.
Lo que usted les dice y cómo lo dice
marcará el rumbo y objetivos de sus vidas durante años. Anímelos mucho y
critíquelos poco. Dígales que los ama y hágalos sentirse responsables de sus
decisiones.
Explíqueles claramente las consecuencias positivas y negativas que podrían tener
ciertas conductas.
"Camine al lado de su hijo, no
adelante ni atrás. Ayúdelo a enfrentarse con los desafíos de la vida con usted a
su lado”.
En este mundo de prisas, de apuros por ganar el dinero para vivir, los padres se
olvidan de lo más valioso que les pueden otorgar a sus hijos:
Tiempo que pueden convivir con ellos. Alguna vez usted, mamá o papá se ha
preguntado: ¿Qué le gustaría a mi hijo hacer hoy con nosotros?
Recuerden que para ser un adulto sano y feliz, se debe haber sido un hijo
feliz, para poder amar y respetar a los demás, es importante haber sido amado y
respetado.
El momento de hablar con tus hijos
Comience por hablar con sus hijos. Tome tiempo para escuchar sus ideas y problemas.
Recuerde a sus hijos de las consecuencias por sus acciones. Los padres son un modelo para sus hijos,
Los hijos tienen la necesidad de saber que ellos son deseados, aceptados y amados por su familia.
Especialmente los papas necesitan sentirse cómodos y dispuestos a abrazar a sus hijos. Enseñando afectos todos los días es la mejor manera de mostrarle a sus hijos que usted los ama.