Con frecuencia suelo escuchar: no sé qué hacer, ni a dónde ir, ni cómo comenzar,
ni a quién buscar para que me guíe, o lo clásico… no me coinciden los horarios.
Estas son algunas de las excusas más comunes que da la gente a la hora de hacer
ejercicios físicos.
Por favor, tú no me caigas con esas endebles razones! Quiero que sepas que
realizar ejercicios no sólo sirve para que modeles tu figura, sino que es una
auténtica necesidad fisiológica del organismo, que te permitirá mantenerte
activa/o y en óptimas condiciones tanto para trabajar como para disfrutar de
otras actividades sociales o de esparcimiento, o dicho de otra forma, para
aprovechar al máximo las múltiples situaciones placenteras que te ofrece a
diario la vida. Puedes, incluso, tomar al mismo entrenamiento como si fuera una
diversión… particularmente si lo haces con una amiga/o, o lo que es mejor, con
tu pareja!
No sólo trabajar, sino pasear, descansar, y hasta te diría que el acto de amar,
por ejemplo, son actividades que adquieren mayor relevancia en nuestra búsqueda
de la felicidad, y que se pueden disfrutar más si poseemos un cuerpo fuerte,
ágil y sano, ya que por la misma razón, seguramente seríamos también portadores
de un espíritu jovial, entusiasta, alegre y desbordante de energía… Y por
supuesto, de una personalidad magnética y atractiva!
Ten en cuenta además que, en el mundo actual de las relaciones sociales y
laborales, siempre se abrirán las principales puertas a las amplias sonrisas de
quienes lleven una vida sana y deportiva y vayan por la vida brindando una
imagen de seguridad y belleza.
Por lo tanto mi consejo es… no pierdas más el tiempo y busca ya mismo con quién
puedas entrenar!... Y lo que es más importante… empieza a hacerlo!
ANTÍDOTOS
CONTRA LA FALTA DE VOLUNTAD
El compromiso de ejercitarse con alguien fijando horarios determinados, produce
resultados ciertos y a la vista de los entrenamientos. Esto es así por el hecho
de que obligadamente se tiene que cumplir con la primera condición requerida
para alcanzar un objetivo, que es la de encarar el trabajo de manera organizada
y constante.
Invitar a alguien a que haga ejercicios hogareños planificadamente con nosotros
es más comprometedor, porque supone que se debe acudir a una cita sin falta, es
decir, ir o recibir a una persona amiga en casa, asistencia que a veces no se
cumple cuando lo pactado es encontrarse en un gimnasio y la ausencia entonces
parece pasar más desapercibida o notarse menos.
La otra motivación importante, sin duda, es la posibilidad de medir el estado de
nuestra propia condición física con otra persona, y aunque no se establezca una
declarada rivalidad con el compañero/a, siempre aflorará algo del orgullo que
llevamos dentro como para no ser menos que el otro y tratar de completar la
exigencia propuesta esforzándonos más.
VENTAJAS
DEL ENTRENAMIENTO EN PAREJA
La gimnasia hogareña en pareja y sin aparatos no tiene nada que envidiar en sus
demandas a la que ofrece el equipamiento del mejor gimnasio. Por lo menos, la
que yo te enseño! Ocurre que mis ejercicios hogareños suelen ser con frecuencia
una gimnasia mucho más exigente que la habitual, y por lo tanto, más efectiva.
La razón está en que la resistencia que presenta un oponente humano en las
distintas fases del recorrido articular y puntos del rango de movimiento puede
ser ampliamente variable, lo cual es imposible de lograr con un aparato, aunque
se inventara la máquina más inteligente.
Y eso es porque sólo tu compañera/o asistente sabrá el momento más oportuno en
el que tiene que hacer que el ejercicio te resulte más fácil o más difícil, y
cuál es la ocasión precisa y justa para ayudarte o hacerte “sufrir” más.
¿Comprendes?
Ahora te muestro los ejercicios
Ejercicios
1) SENTADILLAS A 45º
Ponte de pie frente a una compañera que se encuentre sentada. Toma sus manos
sujetándola por las muñecas. Afirma la punta de tus pies en los de ella y
extiende los brazos hacia atrás llevando tu cuerpo recto hasta quedar inclinada
a 45º. En ese ángulo, y sin perder la inclinación, flexiona totalmente las
piernas y llega con las caderas bien abajo. Luego sube y baja las veces
indicadas. No flexiones en ningún momento los brazos. Toma aire al bajar y
exhala al subir. Trabaja muslos y glúteos.
2) ELEVACIÓN DE PIERNAS
Tendida de espaldas en el suelo sobre una colchoneta, coloca tu cabeza entre los
pies de una compañera ubicada detrás de ti y sujétate de sus tobillos. Mantén
las piernas flexionadas y la espalda apoyada completamente. Desde esa posición,
exhala elevando los pies lo más alto que puedas y despegando el torso del suelo.
Luego, tu compañera empujará tus piernas hacia abajo, para que, inhalando,
repitas todo el movimiento. Trabaja la franja abdominal completa y fortalece los
músculos de la espalda baja.
3) REMO FRONTAL
Colócate frente a tu compañera. Ambas estarán sentadas con las puntas de los
pies en contacto y sosteniendo un bastón con las palmas de las manos hacia
abajo. En esa posición, una intentará llevar el bastón hasta el pecho, mientras
que la otra resistirá el movimiento. Luego realiza el ejercicio en forma
inversa, de manera que la que flexionó, esta vez resista, alternando hasta
completar las veces indicadas. Inhala al extender los brazos y exhala al
flexionarlos. Trabaja brazos, hombros, espalda y pecho.
Isabel de los Ríos, nutricionista certificada,
es autora de "Comer para perder",
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