Los animales de compañía como terapia positiva en los enfermos de Alzheimer

Nuestra experiencia con animales de compañía en el tratamiento de esta enfermedad.

Los animales de compañía y los enfermos de Alzheimer

Teniendo en cuenta todos los posibles beneficios hacia las
personas mayores, actualmente se está comenzando a dar otro paso hacia adelante
en relación a la terapia facilitada por animales, nos estamos refiriendo a la
unión de animales de compañía y enfermos de Alzheimer, en busca de los posibles
beneficios que al enfermo pudiesen proporcionarle la compañía de un animal y,
por qué no, los beneficios que el cuidador pudiese también alcanzar con el
animal.

Nos estamos refiriendo al cuidador familiar, objeto de mayor
carga de trabajo, por tanto los estudios que nos centraremos en revisar son los
que relacionan animales de compañía y enfermos de Alzheimer en ámbitos no
institucionales.

Con relación al enfermo, y de acuerdo con lo anterior, podemos
aceptar el hecho de que la compañía de un animal, produce en el paciente un
efecto de catalizador social, ayudándolo a salir de su introversión, e
incomunicación.

Actualmente se está empezando a investigar en nuevas áreas, como
es la asociación de animal y la evolución del deterioro cognitivo y la expresión
de síntomas no cognitivos concomitantes, reflejando algunos autores el hecho de
la disminución del estado ansioso, con disminución concomitante de la
agresividad verbal, la hiperactividad y las alucinaciones en relación directa al
tiempo de interacción poseedor-animal de compañía.

Cuanto mayor era la asociación y relación con el animal, menor
eran los trastornos de humor, aunque esta relación no afectaba a los trastornos
psiquiátricos o psicomotores.

Los enfermos con animales, tenían una menor tasa de cambio hacia
el mayor deterioro en el BIMC, aunque esta diferencia no era significativa
estadísticamente.

Los enfermos relacionados con un animal demostraron poseer una
menor prevalencia de conductas no-cognitivas específicamente la presencia de un
animal parece catalizar la aparición de conductas que reflejen agitación y
agresión.

Los cuidadores informaban que los pacientes pasaban gran cantidad
de tiempo acariciando al animal o simplemente con él en brazos, parece que la
presencia del animal hacía disminuir el impacto de los hechos estresantes de la
vida diaria.

Los
animales de compañía y los cuidadores de enfermos con
demencia.-

En cuanto al cuidador otros estudios han encontrado una relación
positiva entre el estado de salud del cuidador y la posesión de un animal de
compañía.

Estudios previos han encontrado una significativa relación entre
la institucionalización del anciano y el nivel de estrés y carga del cuidador,
recientemente la atención se ha focalizado en la contribución potencial de los
animales de compañía como sistema de apoyo individuales, se ha demostrado que
los poseedores de estos animales experimentan mayor felicidad y menor soledad
que otros que no poseen animales, los animales pueden facilitar el congeniar con
otras personas al facilitar un tema de conversación, también puede reducir la
ansiedad en una aguda situación estresante.

En el estudio revisado, los cuidadores de enfermos de
Alzheimer,
informaban recibir más visitas y llamadas de teléfono por semana de familiares y
amigos que los cuidadores que no poseían animal, aunque las diferencias no eran
significativas.

Estudios previos han demostrado que los efectos beneficiosos de
los animales de compañía no son uniformes para todos los grupos de edad y sexo.

Mientras los cuidadores masculinos tienden a no informar de
sentimientos de estrés o incapacidad para sobrellevar la situación comparados
con las mujeres, estas sufren más áreas de asistencia al anciano en relación a
la misma fase de la enfermedad que un hombre, por lo que pueden ver en algunos
casos al animal más como otra carga que como una ayuda.

Uno de los beneficios que los animales de compañía puede producir
en los cuidadores es mediante los enfermos, ya que pueden aumentar su
autoestima, su orientación a la realidad y facilitar su comunicación con el
cuidador.

Por ello, parece merecer la pena el intentar llevar a cabo un
programa de intervención que intente integrar la unión de animales de compañía a
la enfermedad de Alzheimer, tanto por lo beneficios para el propio enfermo como
para su cuidador, todo esto dentro de un programa más amplio que involucre a
diferentes especialistas en la atención a enfermo y cuidador.