Muchos piensan que la primavera es la mejor época para
podarlas
y transplantarlas pero, en realidad, muchas veces esto no es así. Si usted está cultivando una planta de interior que proviene de un ambiente externo, deberá primero limpiarla y eliminar cualquier tipo de insecto dañino con un pesticida adecuado.
Para mantener este tipo de plantas deberá siempre exponerlas a la luz del sol -que es la mejor manera de nutrir sus nuevos brotes-, y después someterla a alguna poda posterior.
A continuación se enumeran algunas claves básicas para su subsistencia:
Transplante
Cambiar la
planta
de recipiente está especialmente recomendado: de ese modo logrará que las raíces consigan el agua y los nutrientes que necesitan, evitando que estén "agotadas" por el acostumbramiento a su anterior maceta, y le brindará más fuerza para crecer.
A medida que una planta crece, sus raíces se expanden y necesitan lugar para no debilitarse y enrollarse (un síntoma clásico es la aparición de las puntas de raíces en la superficie de la tierra).
Cuando esto ocurra deberá realizar el
transplante. No aumente demasiado el tamaño de la maceta de una sola vez, los incrementos de tres a seis centímetros por año son los más indicados.
Para quitar la planta de su recipiente cubra la superficie de la tierra con la palma de su mano, tome el tallo principal entre dos dedos y golpee suavemente la vasija sobre una mesa antes de invertirla y retirar la planta. Si ésta no sale fácilmente, pase un cuchillo de cocina alrededor del borde de la tierra para soltarla. En algunos casos, si la planta es muy grande, deberá romper la maceta para evitar dañar las raíces.
Limpie el recipiente viejo y retire todas las raíces cuidadosamente. Límpielas y separe los brotes secos o rotos. Prepare un recipiente nuevo cubriendo parcialmente sus agujeros de desagüe con un fragmento de maceta rota y agregando una capa de mezcla de tierra que mantendrá el mismo nivel de tierra que tenía antes. Ponga la planta en el centro de la maceta. Llénela con la mezcla, aprisiónela utilizando un palillo y deje un margen de 1 a 3 centímetros por debajo del borde superior, dependiendo del tamaño del recipiente. Riegue abundantemente.
Si usted tiene una planta que ha alcanzado el tamaño deseado, tiene la opción de mantener su tamaño haciendo una poda leve de raíces y follaje cada algunos años. También tiene la opción de dividir la planta en varios tallos o brotes.
División
Usted puede convertir una planta grande en una más manejable transplantando sus tallos o brotes individuales a otras macetas. Para ello debe cortarlos de forma tal de dejar en cada uno de ellos la cantidad de químicos vitales necesarios para promover el nuevo crecimiento. Simplemente debe fijarse en dejar raíces sanas y saludables para permitir la independencia de cada planta y la adaptación al nuevo ambiente.
Empiece sacando la planta fuera de su maceta y extendiéndola en una superficie de trabajo. Asegúrese de dejar tanta mezcla de tierra alrededor de las raíces como sea posible. Busque grupos de tallos que se aproximen al tamaño de la planta deseada. Cuidadosamente apártelos con sus dedos o utilice un cuchillo o una palita para dividirlos. Examine cada planta dividida y deseche todos los tallos u hojas dañadas o en mal estado.
Ponga cada planta nueva en un recipiente que sea ligeramente más ancho y más profundo que la masa de tierra que contiene la raíz. Rellénelo con la mezcla, riegue bien y expóngalas al filtro de luz solar durante unos días.
Poda
La poda a fondo sólo debe hacerse en otoño o primavera, pero los recortes ligeros pueden hacerse, con cuidado, en cualquier momento. Si usted ve que la planta se extiende demasiado puede recortarla para mejorar su forma y estimular el nuevo crecimiento. Es esencial usar tijeras limpias y afiladas o algunas especiales para la poda ya que un par de tijeras en mal estado podría aplastar los tallos dejando a la planta vulnerable.
Empiece recortando cualquier parte en mal estado, marchita o con color amarillento, los tallos enfermos, hojas marchitas, los centros de las flores sin pétalos y cualquier rama demasiado grande. No se centre sólo en las partes exteriores, también fíjese en el centro de la planta y corte cualquier parte dañada. Siempre haga sus cortes por encima de las hojas nuevas o sus nodos, esto promoverá un crecimiento tupido y compacto.
Limpieza
Entre las tareas de mantenimiento más importantes haga un esfuerzo por mantener sus plantas limpias para que fácilmente puedan respirar, absorber la luz vital del sol y producir su propio alimento a través de la fotosíntesis. Por lo menos una vez al mes limpie la superficie superior y posterior de las hojas dejándolas brillantes (y asegúrese de sostener las hojas con su mano libre) utilizando un trapo suave humedecido con agua tibia y retirando los excesos de agua con una toallita de papel, ya que éstos podrían causar roturas o recalentamientos.
Regularmente rocíe las plantas o colóquelas bajo la ducha aplicando una suave llovizna sobre éstas, lo que las ayudará a mantenerse limpias y a eliminar algunas pequeñas pestes.
En el caso de los cactus la limpieza es un proceso más delicado. Si las plantas poseen espinas es necesario utilizar pinzas para despejarlas de partículas con cuidado de no dañar la capa de cera que las protege, ya que es muy frágil. Otra opción es pulverizarlas con aire comprimido.
Las plantas con hojas cubiertas de pelusa, por su parte, deben ser cepilladas suavemente con un pincel.
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