Déjelo ir, déjeselo a Dios

Le damos la bienvenida al último paso de esto que podría llamarse "un curso corto de madurez emocional" o simplemente "PREPARÁNDOSE PARA EL RESTO DE SU VIDA".


Esta es una llamada simple para buscar
la calma, para la meditación, para la oración, para permitirse simplemente un
momento paz, para pensar en lo que se tiene que pensar. 

Tómese el tiempo simplemente para
permitirse encontrarse a usted mismo.  Taladre en la mina del oro de
su yo interior, su yo real.  Disfrute el
lujo necesario de reestablecer, de re-arrancar una vieja, aún vitalmente importante
relación, la de usted con usted, la de usted con su vida real, la de usted con
su vida interior. Aprenda a “dejarlo ir, dejárselo a Dios.” 

Pregúntese de nuevo:  “¿Cuánto quiero de esto? ¿Cómo
deseo hacer cualquier cosa para tenerme a mi mismo, a mi yo real, y para realmente
vivir el resto de mi vida”?.

Dejando todas otras consideraciones de
lado, usted puede, con una mirada retrospectiva, decidir el poder y la verdad
de esta simple declaración para usted mismo. 
Este no es un endoso del puro poder de la voluntad, ni significa rendirse en el sentido de la desesperación. 
Más bien, es una llamada
para encontrar suficiente voluntad, suficiente deseo, suficiente disciplina
para el diario ”consiga un lugar y siéntese”. 

“Espera
un minuto” podría decir usted. 
“Es tiempo de recomenzar mi vida.  Usted está pidiéndome sentarme y esperar que mi batería se
recargue mientras el tiempo está corriendo. Yo necesito empezar, para poner en
funcionamiento mi maquinaria ahora”. Usted tiene razón.  Pero necesita emplear ambos, el principio activo y el principio pasivo, en el
proceso de creatividad. Usted se compromete en el acto intrépido de plantar una
semilla. 
Entonces viene la
autodisciplina para regar la semilla, nutrirla, esperar que crezca y florezca.
Usted sabe lo que pasa si usted tira del arbolito para ver si tiene
raíces. 

Sólo cuando finalmente
permita
que la vida suceda a su manera, desde su voluntad y su propio yo, podrá de verdad entender y disfrutar del significado real de “Déjelo ir,
déjeselo a  Dios”  

Permítase la menor cantidad de perturbaciones
en su vida que le impidan ver dónde es que usted cierra su corazón. 
Prestando atención a estas aparentemente insignificantes reacciones
emocionales, usted destapa ciertos miedos, prejuicios, una cierta dureza de
corazón que cubre su real “yo”. 
Cerniendo a través de sus reacciones
emocionales mundanas, usted destapa su yo que no tiene miedo al amor, a vivir,
a cambiar, para estar abierto a las nuevas posibilidades; para permitirle a su
vida desplegarse de maneras totalmente inimaginables hasta hoy.  

Aprenda a saber y confiar
realmente en usted mismo. 
Una vez que haya restablecido la
relación con su yo real, estará más preparado para comenzar una nueva vida. 
Emplee esa herramienta poderosa que es la meditación, relajación, o como desee
llamarla. Serenamente permítase entender los ruidos
internos que lo separan de esa inagotable fuente de sabiduría, amor, y
verdad. 
Permita a ciertas actitudes o
modelos destructivos aparecer en su conocimiento consciente, sin
prejuicios.  Ahora usted puede entender,
descargar y transformar esas viejas limitaciones. 

Sólo cuando usted aprende a relacionarse
de verdad consigo mismo, puede relacionarse con otra persona, con su trabajo,
con el mundo desde un lugar nuevo, más sólido, más seguro. 
Usted está ahora
listo para amarse, amar su vida, y para recuperar el amor de su vida
nuevamente.  

Usted está ahora listo, con mayor facilidad y alegría, para PONER NUEVAMENTE EN MARCHA SU
MAQUINARIA.

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