De chico soñabas con ser astronauta. Después, abandonaste esa posibilidad en busca de algo más realista. No obstante, la clave de tu felicidad podría pasar por la concreción de tus sueños, y si soñabas con ser astronauta, deberías haberlo intentado.
A medida que comienzas a producir cambios en tu vida, estableces metas de largo alcance, que siempre permanecen brillando, a lo lejos, en el horizonte. Estas metas, actúan como faros en el medio de una isla lejana, indicándote qué rumbo debes tomar para no salirte de tu plan.
No obstante, es probable que necesites tener algunas metas mucho más cercanas a tu casa; más palpables en lo inmediato. Los faros están lejos, y la recompensa se encuentra detrás. Tú necesitas de ambos tipos de objetivos, para poder hacer tus sueños realidad.
Puedes hacer que tus sueños se conviertan en realidad, paso a paso, día a día. Tu sueño es la pintura de lo que deseas que tu vida sea en el futuro. Tus metas son las pinceladas que efectúas para crear esa imagen; para hacerla realidad.
Cuando provienen de los sueños, las metas son las correctas, porque están conectadas con tus necesidades y deseos. Establecer objetivos basados en tus sueños te dará la fuerza y la energía que necesitas para enfrentar los desafíos, y para moverte sin dubitaciones hacia los cambios.
Tal es así, que tuviste que luchar mucho para aprender matemáticas durante la secundaria. Odiabas la materia y te resultaba terriblemente difícil, pero sabías que te ayudaría a escalar un peldaño en dirección a tu faro; a tu sueño.
Años después, debiste explicarle a tu madre que pasarías a recoger a tu hijo más tarde, otra vez. Pero era imperante que te quedes hasta tarde en la oficina.
Un compañero de trabajo te estaba explicando el nuevo software contable de la empresa. Y sabías que era una herramienta vital, que algún día te serviría para llevar adelante tu propio negocio.
Por lo tanto, cuando se trata de crear el cambio, nada es más poderoso que acompañar a tu sueño de algunos objetivos.
Muchos peldaños pequeños
“Tener mi propia empresa”, “conseguir un socio para mi negocio” o “completar una maestría en administración de empresas”. Para realizar estos sueños, parece que tuvieras que escalar algunos peldaños gigantes, o pasar por sobre murallas megalíticas con un solo salto.
Por suerte, la realidad muestra que no debes ser un superhéroe para alcanzar tus sueños. Existe una vieja frase china que dice algo como esto: Un viaje de mil millas comienza con un simple paso.
Este dicho es clave para establecer tus metas. Para moverte en dirección a tu sueño, divide la distancia que te separa de él en pequeños objetivos menores. A medida que alcances cada un de éstos, estarás un paso más cerca del gran objetivo final.
Tomemos el caso de Juana, por ejemplo. En este momento, ella sueña con tener su propio estudio contable. Y, para ello, estableció un número de pequeños objetivos. Uno de ellos es terminar sus estudios de postgrado. Otro, es seguir en su actual trabajo por algunos años más, hasta que junte los fondos necesarios para dar inicio a su emprendimiento.
Asimismo, también se planteó levantarse media hora más temprano, para realizan una sesión de relajación, que le permita comenzar el día mejor enfocada. Todos estos objetivos están en la dirección del sueño de Juana. Todos son igual de importantes.
Sueños, metas y cambio
Trabajar en las metas sobre las que se basan tus sueños o visiones es un proceso fortalecedor y enriquecedor. Esto le dará un rumbo a tu vida, como si finalmente estuvieras llegando a ser tú mismo.
A medida que continúes creando cambios positivos, tus sueños y metas cambiarán también. Nuevas experiencias, aptitudes y relaciones, continuamente, te llevarán por nuevos caminos. Y eso está bien.
Mientras bases tus objetivos en tus sueños, tú serás el primero en saber cuándo es tiempo de replantearlos. Tú sabrás perfectamente cuándo ya no te resultan estimulantes.
En ese sentido, plantea una frecuente revisión de tus sueños, sólo para ver si te sientes a gusto con lo que planeas para tu futuro. Podrías hacerlo cada dos o tres meses.
Estableciendo metas
Para establecer tus metas, puedes efectuar un proceso similar al que se exhibe a continuación:
- Nombra a tu objetivo. Recuerda basarlo en tu sueño. Anótalo.
2. Comprende qué recursos tienes para conseguir tu objetivo. Por ejemplo, determinación, apoyo familiar, amigos, aptitudes, experiencia, etc. Confecciona una lista de estos recursos. Ahora, puedes darte una palmada en la espada por haber comenzado bien las cosas.
- Determina qué hay entre tú y tu meta, es decir, aquello que los separa. Por ejemplo, falta de recursos económicos, problemas de transporte, aptitudes, experiencia, etc. Haz una lista de estas carencias o barreras.
- Emplea la técnica de la tormenta de cerebros (brainstorm) en torno a las barreras. Sé creativo, absurdo, y no temas a los disparates. Descubre la manera de sortear las barreras que te impiden alcanzar tu objetivo. Anótalas.
5. Traza el mapa de los pequeños pasos que tomas:
- Del lado izquierdo de una hoja marca un X y escribe “estoy aquí”. Del lado derecho, anota tu meta.
· Divide la distancia entre tú y tu meta en pequeños objetivos menores. Escribe cada uno de éstos. Asegúrate de que cada uno sea concreto y posible de llevar a cabo.
· Debajo de cada pequeño objetivo, señala los pasos que tomarás para llegar a cumplirlos.
- Comparte tus pensamientos y tus planes con los miembros de apoyo dentro de tu familia. Pídeles que te ayuden a alcanzar los objetivos.
- Comienza el día y ve en busca de tu sueño. Paso a paso. Meta a meta.
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