La crisis de los 40: viejazo y segunda adolescencia

La crisis de los cuarenta adopta en hombres y mujeres distintas formas, pero ambas remiten a un cambio profundo al que hay que adaptarse para vivir en plenitud. Aquí te contamos cómo lograrlo...

La crisis de los 40 años

Las crisis, parecen encarnarse como cuchillos en cada etapa del ser humano. Los especialistas aseguran que no existen, sino que en muchas ocasiones se reiteran patrones de conducta que logran el efecto de etiquetar cada período por el que se atraviesa.

Si de catalogar se trata, cuando llegan a los cuarenta, las mujeres se ven envueltas en una “segunda adolescencia”, mientras que el varón, experimenta los estragos del archiconocido “viejazo”.

La infancia, dicen los pediatras es una época traumática y crítica en la vida de un ser humano y así se instala la primera amenaza social a la que se está expuesto.

La adolescencia puede llegar a ser la peor de las pesadillas. Si se sobrevive, se estará ingresando en la crisis de los veinte. Cuando se creía que se había superado ese ciclo, irrumpen los treinta y luego los cuarenta y así toda la vida transcurre de crisis en crisis.

Palabra de especialista: Bárbara Weiss Hewitt

La crisis de los 40 en los hombres; el "viejazo"

En los hombres es una de las fases más sintomáticas. “Ellos suelen sentir la necesidad imperiosa de buscar la felicidad y a la que asocian a la juventud que han perdido.

Por tal motivo quieren recuperar una vida que ha quedado atrás junto a sus veinte años ya enterrados y hacen lo que sea para reconquistar esa pérdida.

Terminan con su matrimonio y hasta pueden llegar a cambiar de trabajo y círculo social y comienzan a interesarse por mujeres más jóvenes que ellos.

Esta búsqueda de estimulación hace que durante un tiempo se sientan a gusto con un estilo de vida lejos del compromiso y asociado a la libertad ya consumida por las responsabilidades y exigencias de la vida madura, pero a largo plazo, será uno de los mayores errores cometidos porque se pone en juego la verdadera estructura emocional y social que tanto sacrificio ha costado conseguir y todo por un momento pasajero de confusión”, explica la socióloga y catedrática norteamericana Barbara Weiss Hewitt, también autora de varios libros de autoayuda en los que explica cómo tratar y salir fortalecido de una crisis.

Ciertamente, nadie se salva de este síntoma ya que parece ser que es mundial. “Se supone que una persona de esta edad ha alcanzado un equilibrio social y laboral. Iniciada esta etapa también conocida como edad intermedia, se efectúa un análisis sobre la vida, sobre logros y temas pendientes y comienzan los lamentos por no haber realizado todo lo que se había planeado para el futuro”, comenta la socióloga.

El síntoma del “viejazo” es cada vez más común en varones que tienen muchas exigencias y presiones sociales, pero que desean liberarse de ellas.

No poder enfrentar conscientemente esa lucha entre lo que se debe y lo que se quiere es el primer síntoma que florece en hombres de esta edad que ya cansados de seguir mandatos, no saben de qué manera sana dejar de cumplirlos.

Se limitan a querer vivir en el pasado y recuperar lo que ya es imposible. Si sumamos a este presentir el deterioro físico que a esta edad suele manifestarse, es casi lógico que muchos hombres no sepan manejar la situación hasta verse frente a una crisis que para ellos es sin retorno o que suele durar varios años
”, expresa Weiss.

La entrada a esta nueva década produce ansiedad y desconcierto. “En muchas ocasiones, el hombre ve que va perdiendo cabello, que su vida sexual ya no es lo que era y comienza a tener actitudes hipocondríacas.

Es tan importante esta etapa porque por primera vez la persona toma conciencia de su propia mortalidad. Comienza a buscar la juventud perdida.

El paso del tiempo no se puede engañar dejando un trabajo por otro, cambiando a la mujer de siempre por una veinte años más joven o yendo al gimnasio y a bailar todos los fines de semana, pero estas son maneras de querer esquivar la edad ya adquirida, de no resignarse ante lo inevitable”, razona la socióloga.

La crisis de los 40 en las mujeres: la segunda adolescencia

En la mujer, los cuarenta se viven de otra manera. “Esta década llega a las vidas de ellas como una brisa de aire fresco. Por fin pueden ocuparse de ellas mismas!.

Ya han criado a sus niños y han postergado la vida profesional. Ahora es el momento en el que pueden satisfacerse y sin rendirle cuentas a nadie.

Disponen de su tiempo como quieren y logran en menos lapso que los hombres instalarse donde siempre han soñado estar. Ellas lo viven como un renacer, como una primavera, como una segunda adolescencia”, revela Weiss.

La raíz de conflicto siempre está latente y puede desencadenarse. “Ninguna mujer está exenta de sentir a esta edad que se le terminará la hora biológica, que estará dentro de poco entrando en la menopausia.

No dejará de sentir el síndrome del nido vacío más adelante, pero es cierto que las mujeres están mejor preparadas y también más expuestas a atravesar estas “crisis” sin salir heridas de muerte, mientras que el “viejazo” se carga a varios hombres, familias, hijos y trabajos”, termina reflexionando.

Las características que acompañan los cuarenta pueden ser positivos o no, dependiendo de la predisposición de la persona ante esta etapa de la vida que puede ser una época de crisis o de esplendor.

Lo importante es que ante el acecho del reloj se puedan esquivar estas maniobras del destino que a muchos atrapan y que a varios deja sin salida.

Cómo superar la crisis de los 40

Datos para prevenir o combatir las etapas conflictivas propias o de la pareja, según la especialista.

 Darle importancia a lo que ha costado tanto esfuerzo conseguir a lo largo de los años: Pareja, hijos, amigos, trabajo.

 Tener una actitud positiva con la propia vida y el futuro y valorar lo vivido en lugar de querer recuperarlo porque ya ha quedado en el pasado.

 Trabajar en la juventud la autoestima ayudará a pasar por esta edad sin notar estas conductas nocivas que predisponen a la crisis. Moldear la estructura emocional para que llegado el momento responda con la fuerza necesaria.

 Disfrutar de los logros que se han podido conseguir y no poner atención sobre exagerada en lo que ha quedado pendiente.

 Si se ha caído en la crisis, buscar ayuda rápidamente y hablarlo con la familia. Los afectos deben saber exactamente qué es lo que está pasando para poder accionar correctamente, ver el panorama más claro y consultar con el profesional adecuado. Cuanto antes se asuma el conflicto, más rápido se saldrá de él.

Bárbara Weiss tiene 42 años. Estudió Sociología y Trabajo Social en la Universidad de Alabama. Hace seis años que se dedica a impartir clases de autoestima para enfrentar las distintas etapas conflictivas por las que atraviesa el ser humano.

Ha publicado el libro "la etapa de la plenitud, los cuarenta", "La vida y los cincuenta" y actualmente se encuentra escribiendo un libro sobre los efectos de la menopausia en la mujer y su pareja.

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