¿Qué es el erotismo y que rol juega en la pareja?
Para mí el erotismo es el deseo encendido del encuentro con el otro, desde el
placer, el disfrute, la comunicación a través de los sentidos. Suele asociárselo
con la sexualidad porque es en este ámbito donde se juegan con mayor profundidad
los deseos y los juegos que hacen al vínculo de pareja.
Es, a mi juicio, uno de los pilares fundamentales que permite que una pareja se
sostenga como tal (y la relación no se convierta en una de "amigos" o "hermanos"
y comience a buscarse fuera de la pareja algo que casi todas las personas
necesitamos en nuestra cotidianeidad). Forma parte de la trama (que es lo que
significa la palabra tantra) amorosa y atractiva, que hace que dos
personas tengan ganas de encontrarse, estar juntas y compartir.
El erotismo es una experiencia fundamental de la vida, que hace que ésta sea un
disfrute y una bendición y cuando lo perdemos, no solamente en la pareja, que es
donde se nota con más intensidad, sino en la experiencia vital general, es
posible empezar a perder entusiasmo y finalmente enfermarse. La energía erótica
es la energía de vida, la que nos mueve y nos hace querer seguir vivos.
¿Es verdad que es natural que el erotismo decaiga durante el matrimonio? ¿Por
qué?
Creo que no hay nada realmente natural, excepto los cambios. Si en
cualquier situación que se sostiene en el tiempo las cosas se quedan estáticas e
inamovibles, la energía comienza a estancarse. La clave para evitar esto es
estar muy atentos a las señales que comenzamos a percibir, relacionadas con
frustraciones, necesidades no satisfechas, aburrimiento o desgaste. Pongamos una
analogía que puede servir para comprenderlo.
Si me encanta el sushi, me resulta muy atractivo y empiezo a comer esta comida
todos los días, mediodía y noche, va a llegar un momento en el que en lugar de
convertirse en una experiencia de disfrute y asombro, la experiencia nutritiva
empieza a desgastarse y a volverse rutinaria. Si en un matrimonio las personas
hacen las cosas (por ejemplo, el amor o se comunican) de manera automática una y
otra vez, lo que antes era un placer puede llegar a convertirse en un martirio,
excepto que haya pequeñas variaciones que sorprendan y devuelvan la vida al
deseo.
Muchas veces, es necesario dejar de tener algo (que damos por sentado) para
extrañarlo y volver a disfrutarlo como si fuera el último o único. Es como si
dos superficies comenzaran a rozar una contra otra suavemente. Al principio, es
una especie de masaje, estimulante y vivificador, pero si no cambia la
intensidad o la dirección o la velocidad de la fricción, llegará un momento en
que ambas superficies comenzarán a desgastarse y se empezará a hacer un surco
que puede ser muy difícil de borrar.
Esto mismo ocurre en una relación de pareja, si las cosas se hacen sistemática y
automáticamente igual, por un largo tiempo, sin cambios. Es necesario introducir
cambios, pequeñas modificaciones o variaciones para enriquecer la relación y
aportar nuevamente el deseo.