¿Qué hacer cuando tu pareja te trata como una esclava?

¿Qué hacer para revertir un rol que está asumido y muy enraizado en el vínculo emocional entre hombres y mujeres? Algunas sugerencias a tener en cuenta para recuperar la libertad perdida  

¿Qué hacer cuando tu pareja te trata como una esclava?


 

  


 

En muchas oportunidades lo que a principios de la relación era todo color de rosa, con el paso del tiempo se va tornando cada vez más oscuro. La felicidad y el amor van dejando paso entre otras conductas indeseadas a las exigencias constantes.

“Establecer los roles en una pareja es inevitable ya que se instauran casi sin que sus integrantes se den cuenta.

 Estos no tienen por qué ser negativos ya que cada uno tiene su labor que define y ayuda a que el vínculo sea cada vez más favorable.

Sin embargo, cuando en uno de los dos se centran todos los reclamos y se le adjudican todas las obligaciones que deben ser de a dos, estamos frente a un problema que debe ser resuelto”, sugiere la psicóloga española Ruth Aguirre Campos.

Consejos para evitar que te trate como una esclava

Es fundamental poder despegarse de la situación y no creer bajo ningún punto de vista que se merece estar bajo una presión semejante. “Aún hoy en día, muchos hombres creen que las mujeres son una pertenencia y son ellos quienes tienen el control y la gestión de sus vidas.

Es muy difícil de revertir la situación de este tipo de hombres, pero sí se puede hacer mucho para modificar la conducta de la mujer”,
aconseja la especialista.

Ninguna mujer debe asumir funciones que no le gustan ni le hacen sentir bien. “Muchas cometen el error de dedicarse absolutamente a sus parejas y pierden la perspectiva. Se creen objetos que pueden ser manipuladas, pero esto no es así.

El complacer al otro está bien hasta cierto punto, pero hay que saber establecer los límites y eso solamente lo puede hacer la involucrada”, comenta Aguirre Campos.

La mujer no tiene por qué hacer mil cosas a la vez, pero primero lo debe creer ella. “Hay que saber establecer límites y esto se hace efectuando una lista de prioridades y también distribuyéndolas.

Lo normal es que cada uno pueda desempeñar ciertas labores fijas para no sobrecargar ni saturar al otro.

Nadie dice que vivir en pareja es fácil. No todas las tareas se disfrutan de igual modo, pero todos sabemos que hay que hacerlas y lo mejor es llegar a un acuerdo para que el vínculo no se deteriore ni se creen roles tóxicos que solamente ayudarán a que el vínculo amoroso se desintegre
”, explica la psicóloga.

Si la pareja no dispone de mucho tiempo libre para colaborar en las actividades que deben ser compartidas, lo mejor es poder encontrar ayuda externa. “En algunos casos es posible contratar colaboración, pero en otros es impensado.

Por tal motivo, habrá que buscar la manera de organizar las tareas para cuando se tengan días libres, fines de semana o hallar otras alternativas dependiendo de lo que permita la profesión de cada uno.

Siempre hay que hacer lo posible para que ambos adquieran un compromiso y puedan ayudarse mutuamente.

Muchas de las relaciones se terminan arruinando por el agotamiento que provoca el tener muchas obligaciones, el sentirse maltratada y no valorada por el otro.”
, determina la experta.

Es cierto que a los hombres les cuesta más sentirse motivados para ayudar en el hogar. “A veces hay que valerse de ciertos artilugios para hacerlos partícipe de las situaciones.

El buen humor y la amabilidad son factores fundamentales ya que lo primero que hay que conseguir es una buena predisposición.

Preparar una rica cena, conversar afablemente de lo que a la pareja interese, colocar una linda música y luego solicitarle que laven los platos juntos.

Seguramente no podrá negarse. A veces parece más simple de lo que realmente es. Con una buena actitud se pueden lograr muchas cosas.

Comenzar proponiendo la idea de hacer las tareas los dos juntos y de a poco ir relegando en el hombre a medida que se observe una buena respuesta de su parte.

La intención es incluirlo en ellas sin que éste se dé cuenta”, expresa la profesional. Si la actitud del hombre es muy cerrada y agresiva, lo mejor es replantearse la convivencia. “Los casos extremos requieren soluciones radicales.

Cada mujer deberá evaluar hasta dónde le es útil vivir con una persona así y una vez tenga tomada la decisión, actuar en consecuencia.”, finaliza diciendo Aguirre Campos.

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