Si alguna vez has sentido como si estuvieras perdiendo la razón porque con cada
vez más frecuencia te quedas en blanco cuando vas a decir una palabra, es el
momento de examinar la causa de tus problemas de memoria.
A veces, es
necesario realizar algunos cambios para que una persona vuelva a recuperar su
capacidad para recordar y aquí vas a aprender algunos trucos para conseguirlo.
Quizás debas considerar si estás sufriendo mucho estrés en estos momentos o te
has involucrado en demasiados proyectos a la vez. Estas experiencias pueden
hacer que te preocupes en exceso y sientas que no puedes permitirte el lujo de
relajarte y recargar la mente.
Para dar lo mejor de ti y hacer el mejor trabajo posible, no importa el trabajo
que sea, se debe empezar por cuidar de uno mismo o una misma.
Además,
del daño físico que ocasiona el exceso de trabajo, el esfuerzo intelectual
excesivo dará lugar a un estado de fatiga mental crónica.
Tu memoria a corto plazo comenzará a sufrir las
consecuencias y te impedirá recordar incluso la más simple de las palabras.
Así que primero que nada plantéate si hay algo que puedes hacer para aliviar tu
pesada carga, como aprender a decir no cuando ya tienes demasiado anotado en la
agenda del día. Deja
que otra persona se encargue de tus asuntos siempre que sea posible, delega un
mayor número de responsabilidades, aprende a dejar de darte tanto a los demás
hasta que quedes exhausto y sufras las consecuencias. Especialmente si se trata
de los seres queridos.
Las
madres (o padres) suelen afirmar que algo se puede hacer más rápido o de forma
más satisfactoria, negándose a permitir que sus hijos se encarguen de cosas de
las que son bastante capaces. Así, el exceso de trabajo de una madre apresurada
hará que empiece a perder las llaves o la
billetera, se olvide de poner gasolina en el coche o lavar la ropa de gimnasia
de sus hijos, no pueda recordar el nombre de un vecino que ve y con el que
habla a menudo, o llame a su hijo o hija por el nombre de su otro niño.
Tal vez
los niños no van a hacer la tarea exactamente como su mamá lo hace o tan rápido
ni tan perfecto como ella es capaz de hacerlo, pero el niño no podrá
perfeccionar la tarea que realiza a menos que la aprenda por ensayo y error. Hay
que darles el beneficio de la duda y aceptar sus logros imperfectos siempre que
sea posible. Para ayudar a que lo consigan, la clave está en orientarlos
suavemente y alabar sus éxitos.
Hay
razones de salud que pueden provocar que las palabras no acudan a nuestra mente
cuando más las necesitamos. Por ejemplo, uno de los inconvenientes de la
diabetes es la pérdida de la memoria a corto plazo. Las personas que sufren de
irregularidades en los niveles de azúcar en sangre, suelen tener problemas de
memoria de vez en cuando. La motivación, la dieta y la medicación adecuada,
junto con una estricta autodisciplina ayudarán a poner esta situación bajo
control y devolver la memoria a su estado de normalidad.
Hay una vieja frase que dice "Úsalo o piérdelo". A veces podemos mantener
nuestra cordura y nuestra falta de memoria con sólo hacer el esfuerzo de
ejercitar nuestro cerebro. Además de los beneficios del ejercicio físico, el
ejercicio mental es también esencial para la salud general.
Aficiónate a realizar una nueva actividad, algo que te haga pensar y suponga un
desafío para tu mente. Por supuesto, debes
evitar tener que esforzarte demasiado, ya que esto puede desanimarte
profundamente. Haz las cosas poco a poco y plantéate una actividad un
poco más difícil cada día. Además de mejorar tu capacidad de recordar palabras,
esto aumentará tu autoestima.