Ingredientes
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1kg de mandarinas
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7 yemas de huevo
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8 claras de huevo
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250ml de crema de leche (nata)
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6 cucharadas de harina de trigo
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250g de azúcar
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10g de enebro
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licor de mandarinas (cantidad necesaria)
Procedimiento
Paso 1
Lavar las mandarinas, colocar ½ kg, con cáscara y todo, en una licuadora o
procesadora con ¼ litro de agua, procesar y pasar por un chino o colador de
malla fina para conservar solo su jugo.
Con el otro ½ kg las pelamos (reservando sus cáscaras), les quitamos el hollejo
(cáscara finita que recubre los gajos) y sus semillas, quedándonos sus gajos en
“vivo”, los sumergimos en licor de mandarinas y dejamos macerar dentro de la
heladera toda la noche.
Con las cáscaras, que nos quedaron, las ponemos a hervir en agua unos minutos y
cuando se ablanden un poco las retiramos, escurrimos bien y las pasamos por
azúcar blanca molida (como si fuesen milanesas), las dejamos secar o las
colocamos dentro del horno a 80º/100ºC hasta que estén sequitas.
Una vez secas
las picamos muy chiquito pero sin perder su textura (no debe quedar un puré).
Paso 2
Tomamos una placa de 30 x 60 cm (aprox.) y colocamos en el fondo un silpat o la
forramos con papel manteca o blanco enmantecado por ambas caras.
Batimos a punto
de nieve 4 claras, aparte batimos a punto letra 4 yemas con 4 cucharadas de
azúcar (hasta que tome un color amarillo clarito y su consistencia se note bien
espesa), le agregamos 4 cucharadas de cascaritas de mandarina picadas y le
mezclamos en forma enérgica una parte de las claras batidas a nieve (para
igualar densidades), luego seguimos agregando el resto de las claras pero en
forma suave y envolvente para no perder su forma esponjosa, paso siguiente
cernimos por encima 4 cucharadas de harina y mezclamos muy suavemente, colocamos
en la placa alisando con ayuda de una espátula y llevamos a horno 180º por unos
8 minutos hasta que esté bien dorado y al pinchar con un palillo veamos que esté
bien cocido.
Retiramos del horno, dejamos enfriar y desmoldamos sobre un trapo de cocina
húmedo, pasando luego sobre el papel el dorso del filo de un cuchillo para que
se desprenda más fácilmente. Cortamos en porciones de 8 x 8 cm.
Paso 3
Batimos 4 claras a punto de nieve (bien firme) e incorporamos 4 cucharadas de
azúcar y una cucharadita de Maicena (almidón de maíz), continuamos batiendo
fuerte para hacer un “merengue francés” y luego le agregamos suavemente 4
cucharadas de cascaritas de naranja abrillantadas picadas, colocamos en una
placa ayudándonos con una espátula (debe quedar de un centímetro
aproximadamente) y llevamos a un horno a 100ºC (sobre un silpat o papel
enmantecado) hasta que seque bien, si es necesario abriremos de vez en cuando la
tapa del horno para que no se dore, simplemente debe secarse bien. Retiramos,
dejamos enfriar y cortamos en cuadrados de 8 x 8 cm.
Paso 4
Crema de mandarinas
En un
recipiente enlosado ponemos 3 de las yemas, 75g de azúcar, 2 cucharadas de
harina y ½ litro de jugo de mandarinas, llevamos a fuego lento, revolviendo
constantemente con batidor de alambre hasta que espese.
Pasar por
un colador de malla fina y dejar enfriar tapando con un plástico o film –pegado
a la crema- para que no se forme una costra en su superficie. Una vez frío
perfumar con 1 cucharada de licor de mandarinas revolviendo y mezclando muy
bien.
Batimos la
crema de leche (nata) a medio punto y la mezclamos con la crema de mandarinas.
Paso 5
Molemos el
enebro groseramente y lo mezclamos con 4 cucharadas de cascaritas de mandarina
abrillantadas, picadas.
Armado del
plato
Colocamos
en un plato de postre (es preferible hacerlos individualmente) una base de 8x8
de nuestro bizcocho, lo bañamos o mojamos con jugo de mandarinas mezclado con
el licor de la maceración (no debe quedar muy empapado, solo darle humedad),
ponemos un poco de crema de mandarinas y cubrimos con gajos de mandarina en
vivo, volvemos a colocar crema y otra capa de bizcocho que volveremos a mojar,
crema, mandarinas, crema y una capa de 8x8 de merengue de mandarinas, crema,
mandarinas, crema, bizcocho mojado, crema, mandarinas, crema y terminamos con
una capa de bizcocho mojado.
Cubrimos
totalmente nuestro postre, con ayuda de una espátula, con crema de mandarinas y
decoramos con gajos de mandarina en vivo, espolvoreamos por arriba y el costado
del plato con cascaritas mezcladas con enebro.
Decoramos con violetas o
pensamientos naturales y orgánicos (no de florerías, no deben contener ni
herbicidas, ni venenos para ser comestibles).
Por Norberto Petryk
Hanan
- Consultora de belleza natural, es autora de "Alimentos
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