La
cantidad de obligaciones y actividades que se tienen en la actualidad eleva la
probabilidad de que exista falta de memoria y concentración. Científicos
escoceses han dado en llamar a esta realidad, el “síndrome de la vida ocupada”.
Quienes padecen del
síndrome de la vida ocupada
· Quienes tienen más de un
empleo
· Aquellas personas que se encargan
plenamente de las tareas del hogar
· Quienes están expuestos a realizar
varias ocupaciones a la vez
· Aquellos que padecen de problemas
para dormir o tienen
insomnio
En la
actualidad es muy complejo no padecer de este trastorno. “Lo primero que hay
que hacer para no caer en el caos mental es organizarse y no pretender realizar
más actividades de las que se pueden. Intentar hacer una lista de prioridades
día a día y no querer abarcar lo que no se pueda ya que la sobrecarga de tareas
lo único que hace es predisponer a enfermedades psicosomáticas y sobre todo de
estrés”, comenta la psicóloga argentina Silvana Pereyra.
Cuándo se
debe consultar a un especialista:
· Si la pérdida de memoria está
asociada a cambios en la conducta, significa que algo está ocurriendo y que no
se está manejando debidamente.
“En estos casos es mejor hablarlo con un
profesional que pueda evaluar la situación y actuar en consecuencia”,
sostiene la profesional.
· Si la conducta está afectando no
sólo a quienes lo rodean sino también en el trabajo diario, es otro momento
importante de asistir a una terapia que pueda ayudar a revertir la situación.
· Hay que tener en cuenta que
olvidarse o no acordarse de ciertas cosas, por más que se tenga una vida plena
de actividades puede estar causado por una situación médica que con fármacos
puede revertirse. Lo importante es acudir al especialista y analizar cada caso
en particular.
Algunas
recomendaciones que ayudan a combatir el síndrome de la vida ocupada
·
Hallar espacios y momentos de tranquilidad
·
Tener una conducta adecuada de sueño. La rutina ayuda mucho
· La
alimentación también es otro factor clave. Una dieta a base de frutas y verduras
le brinda más energía al organismo y lo predispone a estar de mejor ánimo para
encarar el día a día.
·
Permitirse descansar todos los días unas horas. La carga psicológica y emocional
de estar siempre alerta y efectuando labores que no gustan o aburren es muy
intensa si siempre se mantiene elevada.
· El
ejercicio físico ayuda a que se libere la tensión acumulada cuando se trabajan
muchas horas o se realizan actividades rutinarias.
·
Disponer de unos minutos para tener con quien hablar y compartir lo que ha
pasado en el día con algún amigo, familiar o pareja.
Siempre es positivo y
relajante poder contar lo bueno y lo malo que se ha vivido para poder descargar
la energía negativa que se tenga.
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