Tenía
ocho años, estaba en primer grado, donde una compañerita que se sentaba en el
primer banco se llamaba Susana.
A
mí me encantaba ese nombre y a pesar de tener sólo ocho años pensé: el día
que sea grande y me case si tengo una nena la voy a llamar Susana…
Pasaron
los años, llegué a los 19 años y me casé con un hombre maravilloso, buen
compañero, con el que viví 53 hermosos años.
Tuvimos
una hija y por supuesto…le pusimos…Susana.
Ella
a la vez me dio 2 hermosas nietas, las cuales me regalaron 5 bisnietos divinos :
3 nenas y 2 varones.
Tuve
la suerte y felicidad de estar en el Bar-Mitzva del mayor. Fue uno de los
momentos más hermosos de mi vida poder estar en ese lugar y disfrutarlo con mi
hermosa familia.
Como
todo en la vida no es completo, hace ocho años perdí a mi compañero al cual
extraño muchísimo, pero tengo a mi hija, nietas y bisnietos que me apoyan y
siento que me quieren mucho.
Son
los que me ayudan a vivir.
Y
ahora para terminar voy a hacer mías las palabras de una hermosa canción que
siempre le escucho a Mercedes Sosa: “Gracias a la vida, que me ha dado
tanto…”.