Perros que se lamen…
A medida que los perros envejecen, comienzan a lamerse y a limpiarse —tanto a ellos mismos como a sus compañeros—. Estos lametazos mutuos y continuos cumplen funciones sociales.
Obviamente, ayudan a los perros a limpiarse, y, al mismo tiempo, fortalecen los lazos entre los animales.
El verdadero mecanismo que construye este afecto es la mutua satisfacción.
Un perro, gracias a los lamidos de sus compañeros, puede conseguir limpiarse aquellos lugares difíciles de alcanzar por sí mismo —como las orejas, la espalda y la cara—.
Desde luego, hará lo mismo lamiendo las zonas menos accesibles de sus compañeros. Dado que familiares y amigos almohazan a familiares y amigos como un gesto de consideración, el acto de lamer a otro perro desarrolla una gran importancia como medio de comunicación.
Asimismo, el lametazo deja de ser un acto útil y práctico para convertirse en un gesto ritualizado. El significado de este gesto, sobre todo para los cachorritos, involucra buena voluntad y aceptación.
En efecto, cada cachorrito está diciendo, “¡Mira cuán amistoso soy!”. A medida que el animal madura, el mensaje enviado por sus lametazos seguirá siendo el mismo, y también querrá decir “No soy una amenaza”, y además “Por favor, acéptame y sé bueno conmigo”.
Lamidos de perros, de cachorros a adultos
Los lametazos adquieren un significado aún mayor en la vida del cachorro, generalmente para la época en que se hacen menos dependientes de la leche materna. En estado salvaje, al momento de regresar de la cacería, la loba madre ya se habrá alimentado de su presa.
Cuando ella regresa a la jauría, las crías se juntan a su alrededor y comienzan a lamerle la cara. Desde un punto de vista sentimental, podríamos interpretar esto como que le están dando la bienvenida y que están disfrutando del regreso de su madre.
A simple vista, parecería que la besan con felicidad y alivio. No obstante, el verdadero propósito de la lamida de cara es mucho más funcional. Los canes salvajes tienen un reflejo de regurgitación bien desarrollado, y los cachorritos lamen la cara y los labios de su madre para hacerle vomitar algo de comida.
Es más conveniente para la madre llevar la comida en el estómago que intentar arrastrar la presa con la boca hasta donde está la jauría. Además, este material parcialmente digerido es ideal para ser el alimento de los cachorritos más pequeños.
Es interesante notar que nuestros perros domésticos tienen una sensibilidad reducida de su reflejo de regurgitación en comparación con los lobos o los chacales.
La regurgitación inducida no es demasiado frecuente en los perros, al menos que no se estén alimentando bien. Cuando esto ocurre —curiosamente—, suele darse en razas con caras puntiagudas, más similares a los caninos salvajes, como son los lobos.
Si tu perro te lame, es porque te respeta
Comprender lo que hay detrás de un simple lametazo es muy importante para interpretar el comportamiento canino. Un lametazo en la cara efectuado por parte de un perro adulto puede ser signo de respeto o deferencia hacia un perro más dominante.
Generalmente, el perro que proporciona la lamida baja su cuerpo y se hace más pequeño, y mira hacia arriba, mostrando una actitud aparentemente juvenil.
Por su parte, el perro que recibe el lametón muestra su dominación irguiéndose y aceptando el gesto, aunque en ningún momento lame a su contraparte.
Ahora, cuando tu perro intente lamer tu cara, podrás tener una mejor idea de lo que está tratando de decirte. En una de esas, sólo tiene hambre o está pidiendo un snack.
Obviamente, tú no regurgitarás la comida ante esa señal, pero sí puedes responder con afecto y, tal vez, ofrecerle una deliciosa galletita para perros.
Por otra parte, podría estar comunicando sumisión y pacificación —la versión adulta de la buena voluntad en las mascotas—.
Básicamente, el perro está diciendo: “Mira, soy un cachorrito que depende de las personas adultas como tú. Necesito de tu aceptación y tu ayuda”.
Asimismo, el perro podría estar mostrando respeto y deferencia hacia ti —un perro más dominante en la jauría—.
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