¿No era que los frutos secos engordan?
Un estudio de la Universidad de Harvard realizado a 84.000 enfermeras, entre 34 y 59 años reveló que aquellas mujeres que consumieron más de 150 gramos de frutos secos a la semana presentaron un riesgo de diabetes tipo 2, un 27 por ciento más bajo que las que no ingieren el alimento.
El informe tardó 16 años en completarse y ninguna de las encuestadas acostumbradas a ingerir frutos secos presentaron aumento de peso, al contrario, han podido reducirlo y controlarlo.
Los especialistas afirman que la clave para adelgazar y mantenerse saludable es cambiar los glúcidos por grasas vegetales como las que se hallan en los frutos secos.
Es aconsejable entonces consumir palta, nueces, avellanas y almendras. “La investigación ha demostrado que si las calorías provienen de grasas saludables, se puede triplicar las probabilidades de controlar el peso”, asegura la Licenciada en Nutrición Valeria Ramallo. “Las grasas vegetales se metabolizan mientras que las grasas poliinsaturadas se acumulan en el organismo”, continúa diciendo.
Es importante aclarar que para que el reemplazo de glúcidos por grasas saludables sea efectivo para el organismo, éstas no deben pasar del 40 por ciento del total de calorías diarias.
La investigación también ha demostrado los beneficios que asocian el consumo de este alimento con el menor riesgo cardíaco, en el que también influye la insulina y el control glucémico.
“Las grasas insaturadas que contienen los frutos secos mejoran la capacidad del organismo para utilizar la insulina y regular los niveles de glucosa”, asegura Ramallo.
Los frutos secos también ejercen un efecto cardioprotector ya que mantienen las arterias limpias debido a la arginina, un aminoácido fundamental en la vasodilatación y que inhibe la agregación plaquetaria.
Para tener en cuenta:
Los frutos secos contienen:
– ácido fólico
– magnesio
– cobre
– proteínas
– fibra
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