La falta de seguridad y confianza en uno mismo desvela entre otros pudores, el enfrentarse al propio cuerpo cuando se está desnudo. Varias mujeres adolescentes, jóvenes y maduras pasan por esta etapa y es normal si es sólo parte de un proceso evolutivo de aprendizaje.
“Cuando el pudor impide que una relación avance y se instala la obsesión por esconder y tapar de cualquier forma el cuerpo, se está ante un problema grave que si no se trata puede desembocar en enfermedades peligrosas”, comenta la sexóloga argentina Patricia Arenas.
Según una encuesta española que contó con la colaboración de 500 mujeres, al 57,2 por ciento le da pudor mostrar su cuerpo desnudo a la pareja, desvestirse frente a un médico le da vergüenza al 46,9 por ciento y el 44,2 por ciento de las españolas se siente incómoda en mostrar o hablar de sexo con su familia.
Si tuvieran oportunidad de realizarse una cirugía estética, el 76 por ciento aseguró que se arreglaría el pecho.
“Estos datos sólo reflejan una realidad que culturalmente nadie ha podido vencer del todo.
En Latinoamérica las cifras son más preocupantes ya que existe una cultura más machista en donde la mujer ha crecido en un ambiente de represión o de silencio en donde ciertos temas han permanecido en la más completa ignorancia y en donde no se ha trabajado sobre la autoestima de las mujeres que seguramente reiterarán la educación que han recibido con sus hijas”, continúa comentando la especialista.
El autoerotismo, comportamiento sexual que permite vivenciar el propio cuerpo como algo natural desde la infancia hasta la vejez no suele desarrollarse con la confianza pretendida.
“Si se logra tener una conducta íntima e individual sexual se permitirá reforzar la autoestima y emotividad y se favorecerá la evolución sexo amorosa.
Hay que desterrar de la cultura el sentimiento de que el cuerpo desnudo es algo impuro o pecaminoso. Dios lo ha creado a imagen y semejanza y eso lo hace puro y decente.”, explica Arenas.
En ciertas culturas, la desnudez depende de las costumbres. “Una mujer árabe verá indecente tener su cabeza descubierta y no sus pechos.
En la China era pecaminoso mostrar los pies y en la Francia del SXVIII era impropio exponer los hombros.
Existe un relativismo en la definición de lo que avergüenza. La vestimenta es siempre una cuestión social”, explica el sociólogo argentino Rodrigo Cánepa
La idea de que hay que vestirse por razones pudorosas es una sensación cultural y es un pensamiento que no es compartido por otras civilizaciones.
“Las tribus indígenas que solamente andan vestidas con collares y pendientes, verán expuesto su pudor si les quitan esos adornos. La desnudez no avergüenza cuando no hay diferencia entre las reglas establecidas y los hechos.
Es decir, una persona que visita por primera vez una playa nudista, luego de su reticencia inicial, no se sentirá incómoda ya que no estará yendo en contra de lo establecido”, continua explicando Cánepa.
Educar en un ambiente despojado de los prejuicios culturales aunque se viva en él, parece ser la clave para evitar perturbaciones que fácilmente podrían no existir.
Esto no implica exhibir con desparpajo el propio cuerpo y en todo momento, sino lograr que no exista pudor a la hora de querer hacerlo.
Consejos:
– Explorar el propio cuerpo. Conocerlo para aprender a cuidarlo y apreciarlo. Del valor que se le dé dependerá la autoestima que se adquiera y ésta favorecerá o no la intimidad en pareja.
– El rechazo sólo provoca crear una obsesión que impida el relacionarse correctamente. Lo mejor es acudir a un especialista que pueda ayudar a combatir el problema.
– Educar a los hijos en un ambiente de naturalidad con respecto al cuerpo desnudo. Así se evitarán los complejos una vez sean adultos.
Una buena oportunidad para mejorar tu vida sexual, es realizar un Taller de Sexualidad y Erotismo como el que puedes realizar gratis haciendo clic aquí.
También puedes encontrar otros cursos gratis que te ayudarán a mejorar tu sexualidad y tu relación de pareja en: