Puede que tu bebé tenga sólo algunas semanas, pero apuesto a que alguien ya te ha preguntado si le has programado una agenda.
Después de todo, ¿no es lo que se supone que debe hacer una buena madre?
Sí, correcto. La próxima vez que alguien te pregunte, podrás decirle por qué una agenda para tu bebé es lo último que te preocupa.
Tu bebé está muy ocupado como para mirar el reloj. Durante las primeras seis semanas de vida, los bebes tienen mucho que hacer.
De hecho, los recién nacidos necesitan aclimatarse con su nuevo mundo, ¿te parece poco?
La temperatura, la regulación de la luz y la oscuridad, y la alimentación son algunas de sus tareas.
Normalmente, tú puedes llevar adelante una vida muy organizada y estructurada, pero los más pequeños no están listos aún para eso.
Asimismo, crees que el recién nacido pronto creará su propia rutina de actividades.
Para cuando tu bebé tenga un par de meses de edad (más o menos), posiblemente ya haya desarrollado su propio patrón —despertarse, comer, jugar, hacer sus necesidades fisiológicas, comer, echarse una siestecita, etcétera—.
Pero durante estos primeros meses de escaso sueño, puede ser un tanto difícil recordar lo que sucede de un día al otro, y justamente ésta es la causa por la cual los especialistas sugieren llevar una agenda y bitácora.
Al poner por escrito los horarios en los que tu bebé duerme, come, parece estar más alerta o más adormilado, conseguirás anticiparte y podrás saber, por ejemplo, si en la próxima media hora tendrás tiempo para darte una ducha.
Los bebés crecen necesitando confort y ciertas reglas de que determinadas cosas sucedan a diario de determinada manera.
Pero si los patrones naturales del bebé son inconsistentes o no se corresponden con tus necesidades, entonces bien podrás comenzar a crear lentamente una nueva rutina que funcione para ambos a partir de los 3 ò 4 meses de edad del infante.
Puede ocurrir, pongamos por ejemplo, que tú quieres darle de comer temprano por la mañana —antes de ir al trabajo—, pero el bebé se niega a despertarse antes de las 10.
Puedes hacer dos cosas en este caso: realizar esta comida matinal despertando al niño, o puedes intentar acostarlo más temprano para que se despierte también más temprano.
El punto es, finalmente, que tú puedes organizar el día de un bebé de la forma que más te conviene.
Es la rutina lo que ayuda a los bebés a sentir sus necesidades satisfechas, y para esto no es necesario que anden mirando el reloj.
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