Desgraciadamente el acné no es sólo un problema de los adolescentes que se pasa con los años sino que muchos adultos también lo padecen.
El acné se caracteriza por la aparición de comedones que pueden ser cerrados y con la cabeza blanca (lo que llamamos normalmente granos) o con la cabeza negra (los llamados puntos negros que son comedones llenos de grasa oxidada.
En el acné intervienen tres elementos por un lado los poros, un exceso de producción de grasa por las glándulas sebáceas y la presencia una bacteria llamada P. Acnes que es la causante de la infección.
Aún se desconocen todas las causas del acné, por qué unas personas lo padecen y otras no, pero sabemos que existen varios factores que influyen y lo empeoran :
– La alimentación. Desde la antigüedad es conocida la relación entre lo que comemos y nuestra salud. Ya decía Hipócrates “Que tu comida sea tu medicina y tu medicina sea tu comida”.
Debemos evitar el exceso de consumo de grasas, eliminar los fritos y reducir los azúcares, gaseosas y productos refinados.
Por otro lado, tenemos que aumentar el consumo de frutas y verduras, cereales integrales, legumbres y hortalizas.
– El estrés. En situaciones de estrés es común la aparición del acné, por lo tanto, tenemos que evitar la ansiedad y tomarnos la vida con calma para mejorar el estado de nuestra piel.
– Las hormonas. La adolescencia con sus grandes cambios, en ciertos momentos del ciclo menstrual o durante el embarazo hay más posibilidades de sufrir de acné.
– La herencia. Algunos individuos tienen tendencia a tener la piel grasa y el acné mientras que otros ni siquiera durante la adolescencia.
Para luchar contra el acné podemos poner en práctica buenos hábitos como
Limpiar dos veces al día la cara con productos no irritantes para no eliminar demasiados lípidos. Lo mejor es un limpiador que se enjuague con agua y que no contenga jabón.
Prescindir de flequillos y no permitir que productos grasos para el cuidado del cabello estén en contacto con la cara. Hay que evitar la tentación de tocarse demasiado la cara y sobre todo los granos.
Protegerse del sol. Las últimas investigaciones indican que la exposición al sol empeora el acné porque espesa la capa córnea, aumenta las impurezas y se produce un efecto rebote.
Por lo tanto hay que utilizar protector solar y evitar la exposición al sol, protegiéndose con complementos como sombreros.
Exfoliar la piel. Es una buena costumbre exfoliar la piel para acelerar la renovación celular. Las cremas Souveraine de Kali’s Pearl contienen ácidos de flores (Tiaré, Lys, Hibiscus, Freesia) para exfoliarla suavemente sin irritar la piel.
Hay varias sustancias naturales que tienen propiedades para mejorar el aspecto de la piel. Entre las plantas están:
La Cebolla
El zumo de la cebolla funciona como un verdadero antibiótico, siendo eficaz contra varias bacterias que causan infeciones en la piel. Es por eso que se utiliza para curar heridas, quemaduras, grietas y acné.
Una forma de utilizar la cebolla es aplicársela externamente machacada en forma de cataplasma, loción o compresas.
Onagra
El aceite obtenido de las semillas de onagra es muy rico en ácidos grasos esenciales (los acidos grasos esenciales son aquellos que son imprescindibles para el organismo pero que no puede fabricarlos por sí mismos sino que tiene que ingerirlos por la comida o suplementos) poliinsaturados entre los que destacan el ácido linoleico (también conocidos como Omega 6) y linolénico (los omega 3); precisamente este último es imprescindible para el equilibrio hormonal.
El aceite de onagra administrado en cápsulas o comprimidos nutre la piel y combate el exceso de secreción sebácea.
Por Carie Mercier Lafond
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