Puede disfrazarse de muchas formas y confundirnos. Definitivamente, creo que la verdadera estima se va construyendo en el tiempo.
Quien realmente busca encontrarse a sí mismo, para vivir su propia vida, tiene que poder llegar a discernir que cosas hace por la suya y cuales para darle el gusto a otros.
El camino de la aprobación pienso que es el más largo, ya que nunca se
pueden colmar las expectativas de los demás, por demasiadas y porque no nos llenan a nosotros mismos, ya que son justamente “de otros”.
Nuestros padres, maestros, familia en general, pareja, en el trabajo o diferentes personas en distintas situaciones de la vida, a menudo depositan esas expectativas en nosotros y las vamos cargando una tras otra, hasta que nos olvidamos quienes somos y tenemos que bucear en nuestro interior para poder reconocernos.
Una vez que podemos liberarnos de la necesidad de actuar para obtener el reconocimiento de los demás y nos abocamos a conectarnos con lo más íntimo de nuestro ser, nos encontramos.
Lejos de ser un acto egoísta, es el del reconocimiento de nuestra más pura esencia.
Desde ese lugar vamos a poder construir nuestra verdadera identidad. Aceptándonos como somos, valorando lo que poseemos y reconciliándonos con lo que vemos como defectos, o problemas que nos planteó la vida con el fin de aprender…
En ocasiones se resaltan los defectos y sobre esa base se hace difícil edificar la propia estima; al ver solo lo negativo no llegamos a querernos y se entorpece el camino.
Por supuesto, no a todas las personas les gusta trabajar en éste sentido y se pasan la vida con sus diferentes máscaras. Todos tenemos la opción, cada cual elige…
Muchas veces pensamos que somos autosuficientes o nos creemos “los mejores” y lo confundimos con “Autoaceptación”. Nada más lejos. La Autoaceptación no tiene competencia de ninguna clase; es acera de uno mismo y nadie más.
Cuando sentimos un vacío dentro o por el contrario y más común aún, tratamos de llenarnos todo el tiempo de distintos tipos de cosas, personas o actividades para no encontrarnos con nosotros nunca, lo más seguro es que no nos queremos demasiado.
¿Por qué huiríamos de nosotros mismos sino?…
Debiéramos ser nuestra mejor compañía y a partir de allí encontrarnos sinceramente con nuestros afectos verdaderos, que también nos definen como personas, ya que en cada vínculo verdadero hay un poquito de nosotros mismos, con el aporte invalorable de “un otro”, y de está manera se abre nuestra personalidad hacia los demás en un sinfín de posibilidades y aprendizajes que aporta el contacto fuera de nosotros mismos.
Para mí, ahí se encuentra la inmortalidad, ya que vamos sembrando huellas en distintos caminos.
Por Gabriela Tiscornia
Grafólogo Público
www.grafologicamente.com.ar
Si quieres saber lo que la escritura dice de ti -y de los demás- inscríbete ahora en nuestro Curso gratis de Grafología, haciendo clic aquí.
Y si quieres saber cómo puede la grafología ayudar a tu hijo, te invitamos a nuestros cursos gratis:
Grafología Infantil
Curso intensivo de grafologia cientifica infanto-juvenil
Curso intensivo de interpretacion de graficos de 0 a 99 años