“Mira antes de saltar”. Cuando piensas acerca de este antiguo proverbio, recuerda que lo que realmente intenta decirte no es que evites meterte en algo demasiado rápido, sino que debes comprender exactamente cuáles serán las condiciones que te rodearán al momento de hacer el salto.
Por ejemplo, si quieres hacer un viaje a alguna parte, deberás tener una idea cabal de qué esperar una vez que estés en tu destino —y qué no esperar—. Lo mismo se aplica a la hora de buscar el éxito profesional.
Las definiciones de éxito pueden variar, y dependiendo de tus expectativas, hay una infinidad de maneras de alcanzarlo.
No obstante, cuando las personas piensan en el éxito, no miran antes de saltar y forma expectativas incorrectas en cuanto a lo que será necesario para llegar allí. Incluso peor, muchos son los que se apegan a los mitos del éxito, que si bien parecen ser de ayuda, no son más que errores infundados que socavan tus probabilidades de éxito y triunfo.
Para ponerlo más fácil, mientras que es importante comprender lo que se necesita para alcanzar el éxito, puede ser más efectivo familiarizarse con las trampas que te impedirán hacerlo.
- Tienes que agradarle a todo el mundo
En muchos países del mundo, un candidato a presidente debe agradarle al 51% de la ciudadanía para ganar una elección entre dos postulantes.
Si tenemos en cuenta que la cantidad de candidatos suele ser mayor, podría resultar que alguien ganara una elección incluso cuando el 75% hubiera votado por otro.
Es una gran mentira que debes agradarle a todo el mundo para tener éxito.
Obviamente, tratar a las personas de mala manera y faltarles el respeto no te conducirá por buen camino, pero, en los negocios, vale recordar que se trata de capitalismo y no de democracia.
A veces, es más importante concentrarse en los números financieros y en el rendimiento de un negocio que en las relaciones humanas.
Además, debes tener el espíritu necesario para ocupar el rol del líder, lo que a veces implica despedir a un empleado poco productivo (una manera segura de ganarte la antipatía de alguien), o manifestar abiertamente tu opinión a alguien, incluso cuando ésta pudiera no resultar simpática.
Tomar decisiones poco populares es parte inevitable del mundo de los negocios:
Considera a los ejecutivos y directores de alto rango que tienen que deben dejar ir empleados durante períodos de recesión o de reducción de costos (como el CEO de Pfizer, que debió librarse de 10.000 empleados en 2007).
O considera la desaprobación general cuando decides participar activamente en un proyecto que ha iniciado un empleado que pretende llevarse todo el crédito por su trabajo.
Podría parecer que intentas arrojarlo bajo un colectivo y quedarte con todos los logros del proyecto.
Las personas verdaderamente exitosas en los negocios, e incluso en sus vidas personales, se concentran en hacer lo que es apropiado y ético para cada situación. Típicamente, ellos no se preocupan por agradar o no a la gente.
- Debes ser un workaholic
Trabajar duro es una característica común entre casi todas las personas que alcanzan el éxito, sobre todo si lo hacen en forma temprana, pero sería más apropiado decir que trabajan con inteligencia más que arduamente.
Teniendo esto en cuenta, tomar un almuerzo de tres horas a diario, disfrutar de vacaciones extendidas y no comprometer el tiempo libre en la profesión o los negocios es una forma segura de no alcanzar el éxito.
Las personas exitosas aprovechan al máximo su tiempo y no lo hacen necesariamente trabajando 24 horas los siete días de la semana.
De seguro, ellos chequearán constantemente su e-mail o entablarán una conversación de negocios en cualquier lugar y momento, pero las personas exitosas saben cómo hacer mucho y de una vez.
Ellos son capaces de hacerlo porque comprenden el arte de delegar, de elegir cuidadosamente sus incursiones comerciales, y de equilibrar su vida social y laboral.
Las empresas exitosas de capital de riesgo, por ejemplo, invierten en muy pocos de los negocios que vienen a golpear sus puertas, pero comprometen sus mejores energías y recursos en hacer que los negocios que han emprendido tengan éxito.
En resumen, encuentra el adecuado equilibrio personal que te permita maximizar tu productividad profesional y personal.
Sin dudas, el maestro de la delegación que consigue con su magia completar una cantidad multitudinaria de tareas logrará ir más lejos que el tipo que está toda la noche trabajando para hacerlo todo por cuenta propia.
- Son necesarios títulos de grado de grandes universidades
Los títulos solían ser lo más importante, pero en la actualidad, tener un MBA no es la única manera de tener éxito.
Efectivamente, pueden verse anuncios de empleo requiriendo un MBA de la Ivy League School, pero esto ya no es moneda corriente en todos los avisos.
Si bien tener un título de grado es un gran logro, y ciertamente lucirá bien en tu currículo y te ayudará a destacarte.
Sin embargo, más allá de los títulos obtenidos, todo tendrá que ver con cómo te presentes y de qué manera puedas contribuir con una situación que determine tu éxito y potencial.
Más allá de las grandes universidades y escuelas de negocios, el mundo está lleno de casos de grandes empresarios que no han tenido una educación destacable.
Por ejemplo, es bien conocida la historia de Dell Inc. y las excepcionales circunstancias del comienzo de la carrera de Michael Dell.
Indaga un poco en la historia de la empresa y verás que los 12 ejecutivos más importantes para Dell no tienen MBAs e incluso hay cuatro de ellos que no tienen estudios universitarios.
Las personas exitosas consiguen los resultados al hacer contribuciones viables a los negocios y programas en los que están involucrados sin la necesidad de un título de grado.
- El dinero define al éxito
El dinero es genial, pero nunca te hará realmente feliz o infeliz más allá de la flexibilidad y posibilidades que te ofrece.
Cuando defines el éxito según el tamaño de tu billetera, entonces descubrirás que tristemente siempre hay alguien que tiene más que ti, a no ser que tu nombre sea Bill Gates o Warren Buffet.
El dinero puede comprar cenas, casas hermosas, autos de lujo, y casi todo lo que se te ocurra, pero definitivamente no hay billetera que pueda hacerse de amigos verdaderos, hobbies o pasiones satisfactorias, y relaciones significativas con tu familia.
Además, ni todo el dinero del mundo hará el trabajo que necesitas hacer para ser exitoso y lograr lo que te has propuesto —sí podría, en algunos casos, ser un resultado de tus objetivos—.
El éxito puede definirse como un como el estado alcanzable mediante el planteo de objetivos desafiantes, que supone hacer que éstos sucedan.
Posiblemente, para algunos se trate de un número financiero, ¿pero cuál es ese número? Parece que la mayoría de las personas no pueden responder esta pregunta.
Comúnmente, los objetivos deberían centrarse el completar la educación secundaria, salir una vez por semana con amigos o pasar momentos de calidad con las personas importantes en la vida de cada uno.
Desde luego, no hay nada de malo con tener objetivos relacionados al plano profesional, como obtener un ascenso o conseguir determinado número de clientes para el año que viene.
Terminando con los mitos
Podría decirse que el propietario de un pequeño negocio con un panorama prometedor es más exitoso que un CEO recién despedido de una de las 500 empresas más poderosas del mundo porque no ha alcanzado sus objetivos.
Seguramente, el último tendrá mucho más dinero y sus objetivos pueden ser más altaneros, pero al final de cuentas ha fracasado.
Cuando estableces objetivos y los alcanzas, te sientes satisfecho y —lo que es más importante— ganas la confianza necesaria para avanzar hacia una nueva etapa y convertirte en una persona verdaderamente exitosa.
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