Inténtelo:
Nunca
deje pasar la oportunidad de salir de paseo.
Experimente
la sensación del aire fresco y del viento en su rostro por puro placer.
Cuando
que ama se aproxima, corra para saludarlo.
Cuando
hubiera necesidad, practique la obediencia.
Haga
saber a los otros cuando estén invadiendo su territorio.
Siempre
que pueda, duerma una siesta y desperécese al levantarse.
Corra,
salte y juegue a diario.
Coma
con gusto y entusiasmo, pero pare cuando esté satisfecho.
Sea
leal, siempre.
Nunca
pretenda ser algo que no es.
Si
lo que desea está enterrado, cave hasta encontrarlo.
Cuando
un ser querido estuviera pasando un mal día, quédese en silencio, siéntese próximo
a él y, gentilmente, intente agradarlo.
Cuando
llame la atención, deje que alguien lo toque.
Evite
morder cuando apenas un
gruñido podría resolverlo.
En
días templados, recuéstese de espaldas sobre el pasto.
En
días calurosos, beba mucho agua y descanse bajo un árbol frondoso.
Cuando
esté feliz, baile y sacuda todo su cuerpo.
No
importa cuantas veces lo censuren, no asuma culpas que no tenga y no se ponga
mal… corra inmediatamente de vuelta hacia sus amigos.
Alégrese
con el simple placer de una caminata.
Sea
feliz con su vida de perro.