Un líder tiene qué aprender a asumir riesgos. Pero aquí lo vital es que primero te revistas internamente del escudo que te permitirá enfrentar las críticas, el miedo al fracaso, las limitaciones y preocupaciones de los demás, así como las tuyas.
Entonces, ¿qué hacer para construirte una estructura interna a prueba de balas?
Te recomiendo internalizar las siguientes ideas hasta que las instales en cada una de tus células:
1. Los halagos y las críticas no te añaden ni te restan valor. Tú tienes un valor innato, adherido a tu naturaleza que nada ni nadie te puede quitar.
Por lo tanto, lo que digas, lo que pienses, las decisiones que tomes, aún cuando no le parezcan a otros, tienen también un valor intrínseco simplemente porque vienen de ti.
2. No existen errores, solo resultados. Si observas señales de que las cosas no están yendo como deseas o tu jefe espera de ti, no es que seas un fracasado.
Simplemente la fórmula que estás aplicando no sirve para lo que buscas, de modo que tienes qué cambiarla.
3. Las personas somos imperfectas. Olvidamos cosas, no sabemos que existen formas de hacerlas mejor o simplemente actuamos bajo la influencia de patrones inconscientes de conducta y no tenemos conciencia de ello. Por lo tanto, no existe el hombre o mujer perfectos.
No estoy diciendo con esto que nos volvamos irresponsables, dejando de asumir las consecuencias de nuestros actos. Intento hacerte reflexionar que es válido permitirte un margen de error pero al mismo tiempo debes estar consciente del punto no. 4 que explico a continuación.
4. Tienes la capacidad de aprender a elegir de manera inteligente. Capitaliza la experiencia adquirida en el proceso para que no vuelvas a dar los mismos pasos que no te llevaron a ninguna parte.
Cada error te acerca al conjunto de conocimientos, hábitos, habilidades y destrezas que requieres para cumplir satisfactoriamente la tarea en cuestión, pero sólo lo descubrirás si reflexionas al respecto.
Poco a poco te convertirás en una persona llena de sabiduría, lo que te hará tomar decisiones más centradas y sensatas cada vez.
5. Apóyate en una persona que te pueda dar luz cuando andes confuso. Pídele opinión a alguien, fuera o dentro de la compañía, sobre tu actuación y lo que podrías hacer mejor.
Pero la persona que elijas debe tener una característica importante: ser equilibrada y objetiva.
No se trata de alguien que te apapache, aunque esto pueda ser necesario a veces, sino más bien de alguien que te haga reflexionar, puntualice lo que puedas hacer mejor y te haga descubrir el mejor camino para ti mismo.
Lee este artículo varias veces y reflexiona sobre su contenido. Analízalo a la luz de alguna experiencia que estés viviendo actualmente o hayas vivido y transforma poco a poco tu ser interior para que tomes las mejores decisiones dentro de un marco de serenidad. Este es tu estado ideal de recursos. ¡Sí puedes lograrlo!
Por Leticia Barrios
Asesor en desarrollo de habilidades de liderazgo y motivación para ejecutivos.
www.LeticiaBarrios.com
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