El silencio según una máxima pitagórica sostiene que es la primera piedra del templo de la filosofía, y yo diría que también de la sabiduría.
Escucha el silencio y serás sabio dice un proverbio chino.La música y el sonido de nuestra voz nacen del silencio.
La terapia musical con voz y sonido necesitan justamente del silencio, silencio sin ningún tipo de contaminación acústica.
Según Ernest Hemingway, se necesitan 2 años para aprender a hablar y 60 para aprender a callar. Y callar no sólo implica no hablar verbalmente sino aquietar nuestra mente.
Justamente nuestra voz y el sonido de instrumentos acústicos musicales son clave para calmar y silenciar a nuestra mente.
Según Georges Braque el jarrón da forma al vacío, y la música da forma al silencio.
El médium Edgar Cayce predijo que el sonido sería la medicina del futuro y esto ya está ocurriendo. Los grandes expertos en terapia de sonido ya han descubierto científicamente que mediante nuestra voz y el sonido de instrumentos musicales acústicos se puede conseguir la auto-destrucción de las células cancerosas y la curación de infinidad de enfermedades.
Por medio de nuestra voz y del sonido de instrumentos musicales acústicos, es posible cambiar el ritmo de nuestras ondas cerebrales, los latidos de nuestro corazón, nuestra respiración y el flujo del líquido céfalo-raquídeo. Así como disolver bloqueos energéticos y emocionales.
Hoy en día ya se sabe que un porcentaje altísimo (70-80%) de enfermedades están causadas por nuestra forma de pensar, ver y sentir la vida, es lo que se conoce como el origen psicosomático o metafísico de la enfermedad.
El enfoque de la terapia con voz y sonido es aprender a utilizarlos como un instrumento de sanación y así establecer una vibración saludable en el cuerpo-mente.
Cuando un órgano de nuestro cuerpo vibra fuera de tono, se instaura la enfermedad, gracias al principio de resonancia podemos restaurar las frecuencias vibratorias naturales y saludables.
Gracias a nuestra propia voz podemos proyectar sonido a nuestro organismo con lo que conseguiremos modificar las frecuencias no saludables conquistando con ello la salud.
Para utilizar el sonido de nuestra voz como instrumento de sanación no es necesario saber cantar, ni haber estudiado solfeo, ni siquiera tener una bonita voz.
Con entonación es suficiente. La entonación es una actividad que libera el flujo natural de energía y permite que ésta circule por todo nuestro cuerpo.
Según Laeh Maggie Garfield en Sound Medicine, la entonación es un sistema de curación que utiliza el sonido de las vocales para alterar las vibraciones de cada molécula y célula del cuerpo.
Según otro experto en sonido, Jonathan Goldman en Healing Sounds, la entonación es la utilización de la voz para expresar sonidos con el fin de aliviarse y liberarse…
Y según mi abuela: “quien canta sus males espanta” ya sean males físicos, psíquicos o emocionales. Trabajar la voz puede modificar y mejorar a la persona.
De todos los instrumentos musicales disponibles en este planeta, la voz humana es el más asequible. No hay que ir a ninguna tienda para adquirirla.
Uno de los mayores secretos de la humanidad es que somos verdaderamente poderosos y ese poder se encuentra en nuestro interior. Nuestra salvación y nuestro poder se pueden transmitir gracias a nuestra voz, si sabemos como.
La voz humana emite una frecuencia musical y además es una onda portadora de conciencia.
Con la frecuencia musical de nuestra voz cuando entonamos y gracias al principio de resonancia podemos modificar las frecuencias no saludables en saludables y gracias a la onda portadora de conciencia que se transmite juntamente y gracias a nuestra voz, podemos materializar nuestra intención y convertirla en realidad.
Quien canta con amor, transmite amor, quien esté enojado al producir un sonido, aunque sea un sonido agradable, enviará enojo, y eso será percibido de alguna manera.
El Dr. Gaynor señala que “el sonido influye en el proceso de curación de varias maneras: altera las funciones celulares mediante efectos energéticos; hace que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis; calma la mente y con ello el cuerpo y tiene efectos emocionales que influyen en los neuro-transmisores y los neuropéptidos, que a su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario, el sanador que todos llevamos dentro.
Muchas veces en la vida la verdad está en las cosas más sencillas.
Por María Pina
Terapeuta musical
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