Obsérvate cuando llevas tu conjunto favorito
Es importante que te mires cuando estés tranquila y nadie te interrumpa. Te pones aquel conjunto que te encanta, con el que te ves siempre favorecida.
No sólo tienes que ponerte la ropa sino todos los complementos y accesorios como las medias, zapatos, bisutería etc. Ahora ya te puedes poner delante del espejo de cuerpo entero.
Así te podrás ver de los pies a cabeza y por detrás. Lo primero es determinar por qué te gusta ese conjunto tanto, cuáles son las prendas que has escogido, de qué tipo, qué colores, qué cortes … fíjate en todos los detalles.
Prestaremos atención al largo de la falda o del pantalón, el tipo de manga (larga, tres cuartos, sin mangas etc) Para no olvidarse nada vale la pena apuntar esos datos en una libreta.
Ahora fíjate en el efecto de las medias y de los zapatos en el conjunto. ¿Logran que aún te veas mejor o deberías buscar otro tipo de zapatos más adecuados?
Como siempre vamos con prisa, estos momentos de observación nos permitirán conocer mejor nuestro cuerpo, nuestro gusto y cómo las prendas empeoran o mejoran nuestra imagen.
El siguiente paso es mirar los accesorios que hemos escogido para este conjunto. Los complementos son los que logran darle la imagen final al conjunto.
La joyería y bisuteria, los bolsos pueden convertir un conjunto clásico en otro con un toque más moderno o aún más tradicional. No menosprecies el poder de los accesorios para reflejar tu personalidad.
Pero no solo los vamos a fijar en la ropa y complementos, nuestro peinado y el maquillaje también cuentan. Miraremos si combinan bien con la ropa.
Para obtener la maxima información, nos miraremos desde lejos avanzando hacia el espejo y desde cerca. Cierra los ojos unos instantes y luego ábrelos.
¿Qué es lo que te llama más la atención de tu conjunto? Para sentirte bien y aprender cuáles son las prendas que más nos favorecen tenemos que analizarnos a conciencia. ons.
Obsérvate y mira los elementos de un conjunto que no te convenzan
Ahora es el momento de ponerte un conjunto de ropa que no funciona, con el que no te sientes a gusto. Vamos a ver cuáles son las razones por las que ese conjunto no te favorece para evitar repetir los mismos errores una y otra vez.
Sigue las técnicas que hemos compartido con vosotros en el párrafo anterior. ¿Qué es lo que no funciona? Pregúntate si puedes arreglar aquellos elementos que no funcionan.
Por ejemplo puedes llevarlo a la modista para que ajuste las prendas si son demasiado holgadas, puedes cambiar el largo o si el color no te favorece quizás puedas teñirlo. En el caso del traje a lo mejor lo puedes combinar con una chaqueta diferente o un pantalón.
El espejo de cuerpo entero nos permite vernos como los ven los demás, con mayor objetividad. Por eso una vez que hemos determinado lo que funciona en un conjunto, podemos crear diferentes variaciones del mismo.
Podemos cambiarle los accesorios, los tops, las chaquetas o incluso los zapatos. Toma nota de cómo cambia el conjunto al ir variando las prendas.
Cuando no te gusta aquello que ves el espejo, cuándo no te sientes a gusto con las prendas que has escogido, ese malestar también lo notan los demás. Tu lenguaje corporal es diferente cuándo te sientes segura sobre tu imagen o si por el contrario te encuentras mal vestida.
Para ayudarte a conocerte mejor, para aprender cuáles son los colores que te favorecen o el tipo de prendas más adaptada a tu silueta puedes contactar con una asesora de imagen titulada.
De esta manera sabrás cómo usar en cualquier circunstancia la ropa, el maquillaje o el peinado que mejor te sienta. Te verás mejor y lo que es más importante, te sentirás mejor.
Por Carie Mercier Lafond
Directora de Karysa Beauty
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