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En
general, el calzado que proporciona tracción pero no tiene suela de goma
pesada que se curva sobre el dedo mayor del
pie (como ocurre en las
zapatillas para correr) es el mejor para la mayoría de los ambientes. -
Evite
el calzado con “orejuelas” de caucho en la parte externa, como los que
se encuentran en las zapatillas para correr. Se pueden enganchar en el piso,
sobre todo si hay alfombras. -
Los
zapatos con cordones son más seguros que aquellos sin cordones, porque el
pie calza mejor y se pueden ajustar para adaptarse a situaciones como la
hinchazón o edema, o para acomodarse a aparatos ortopédicos. -
No
lleve zapatos resbaladizos, en lo posible utilice suelas de goma. -
No
use zapatos que le queden flojos o que calcen mal. El talón debe encajar cómodamente
y sin deslizarse dentro del calzado. -
Evite
usar zapatos con
suelas lisas al caminar en superficies mojadas o
resbaladizas. -
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Evite
los zapatos con plantillas demasiado mullidas, pueden ser demasiado blandas
o inestables. -
Al
comprar zapatos nuevos, trate de probárselos al final del día, porque los
pies se hinchan y se agrandan después de estar de pie o sentados durante el
día. -
Elija
zapatos que calcen bien y se adapten a la forma natural de su pie. Esto
eliminará la incomodidad y le permitirá caminar con mayor seguridad. -
Los
zapatos deben ser cómodos la primera vez que se los prueba. No especule con
que se estiren con el tiempo y el uso.
Adaptado
de “Ten Points of Senior Shoe Safety” de la
American Academy of Orthopaedic Surgeons (www.aaos.org)
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