El recorte salarial

¿Qué hacer ante un recorte salarial? ¿Cuáles son las posibilidades? Ventajas y desventajas de aceptar la oferta


Suena el intercomunicador y tu jefe te solicita en su oficina. Caminas con
miedo, y quisieras no llegar nunca. La crisis internacional y la caída en las
ventas te dan mala espina: algo malo va a pasar.


Finalmente tus malos augurios
se ven confirmados: tu jefe te pide que consideres una
reducción salarial si
quieres conservar tu empleo. ¿Y ahora qué?

A medida que se profundiza la recesión mundial, cada vez son más las empresas
que adoptan esta estrategia como método de reducir costos y evitar reducciones
masivas de personal.

Ante esta situación, como empleado, tu decisión dependerá
de tus necesidades específicas, tanto en términos profesionales como en términos
de tus finanzas personales. No hay una fórmula en este punto, pero sí existen
algunas cuestiones comunes a todos los que enfrentan el recorte salarial.


 A continuación, Enplenitud te ofrece los pros y las contras que debes tener en
cuenta a la hora de aceptar o no el recorte salarial.


·

Pro: Mantienes el trabajo.


La ventaja más obvia de aceptar la reducción salarial es que te permite
permanecer empleado. Un 10% de reducción en tu salario es, sin dudas, mejor que
no recibir salario alguno, sobre todo si el empleo te hace feliz.

En
consecuencia, es importante que no bases tu decisión únicamente en la parte
monetaria. No importa en qué industria o actividad te desempeñes, siempre es
relevante el tema de la seguridad laboral.

Además, en el mercado y las
condiciones actuales, tus posibilidades de obtener una mejor oferta en otra
parte son relativamente pocas. De hecho, es factible que termines engrosando los
índices de desempleo.


·

Pro: La empresa te deberá algo.


Aceptar una reducción salarial es una excelente forma de demostrar tu lealtad y
compromiso a la empresa. Al aceptar la oferta, estás haciendo un importante
favor a tus jefes —que bien podría ser retribuido una vez que las finanzas
comiencen a levantar—.

Si dudas de la gratitud de tu empleador a largo plazo,
entonces puedes solicitar algunos ajustes moderados a tu rutina que se
correspondan con la reducción de salario.

Por ejemplo, si quieres salir un rato
antes del trabajo para pasar a buscar a los chicos por la escuela, éste es el
momento de hacer tu pedido.


·

Pro: Ayudas a tus colegas a mantenerse empleados.


Equilibrar tus necesidades con las de las personas que te rodean nunca es
sencillo, pero es importante en el clima económico actual que tengas en cuenta
la forma en que tus decisiones afectan a los demás.

Considera, por ejemplo,
cuántos empleos se hubieran salvado con los $165 millones que AIG gastó
recientemente en bonificaciones contractuales.

Al aceptar la
reducción salarial,
estás facilitando las cosas a tu empleador, permitiéndole mantener a tus amigos
y colegas empleados. Desde luego, ésta no era una de las prioridades de AIG,
pero podría haber sido.


·

Contra: La oferta podría no satisfacer tus necesidades financieras.


La reducción salarial afecta directamente tu habilidad de mantenerte y mantener
a tu grupo familiar. Es por esto que es crucial que revises tu presupuesto con
cuidado antes de aceptar el recorte. Al mismo tiempo, también deberías echar un
vistazo a la política de indemnizaciones de la empresa.

De esta manera, si la
remuneración ofrecida no alcanza a satisfacer tus necesidades, podrás optar por
renunciar y aceptar la indemnización o aceptar el recorte de manera temporal
mientras pones tu mayor esfuerzo en encontrar otro empleo.


·

Contra: Se deprecia tu status profesional.


Una cosa que debes tener siempre en cuenta antes de tomar una decisión
importante como aceptar un recorte salarial, es pensar en tus planes
profesionales a largo plazo. Se considera que la reducción salarial es un paso
atrás, lo que quiere decir que tu valor profesional podría resentirse,
especialmente en el corto plazo.

Ten en mente, sin embargo, que debido al
alboroto reinante en el mercado laboral, no deberías tener problemas para
explicar este “retroceso” momentáneo a tus futuros empleadores.

Asimismo, y
dependiendo de quién y cómo lo mire, podrían resultar un antecedente positivo,
denotando tu lealtad a tus colegas y a tu empleador.


·

Contra: Puede que nunca vuelvas a ganar lo mismo.


Dado que tu salario previo es con frecuencia un factor importante a la hora de
negociar un ascenso o una nueva oferta labora, podrías lamentar el hecho de
haber aceptado una disminución salarial en algún momento.

En consecuencia, debes
tener en cuenta cómo afectará tus planes a largo plazo el recorte salarial,
sobre todo si la reducción te ha puesto en un rango sensiblemente inferior al
habitual en la industria.

Asimismo, recuerda que esta clase de medidas suelen
ser una suerte de último recurso para las empresas, por lo que podría tomar
algún tiempo —mucho, tal vez— volver a recuperar tu antigua paga.


Más allá del recorte


Ya sea que decidas que el recorte es conveniente o no para ti, es importante que
te comportes con integridad. No permitas que la
reducción salarial afecte la
calidad de tu trabajo o te amargue.

De lo contrario, estarás malgastando todo el
prestigio ganado al aceptar la oferta. Igualmente, si decides dejar tu trabajo,
procura no romper puentes ni arruinar contactos.

Dejar una empresa en busca de
una remuneración más alta es entendible, pero hacerlo en forma escandalosa no.
Recuerda que tu reputación profesional es más importante que cualquier salario.


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