Así se trate de un almacén o de un shopping, de un consultorio o de un sanatorio, de un jardín o de un country, el diseño se ha instalado en todos los órdenes de la vida cotidiana. Los espacios exteriores e interiores son revalorizados al máximo.
Aprovechados, reinventados, refuncionalizados: la apuesta apunta al conocimiento de las formas, de las texturas, de los materiales, y al desborde de la creatividad.
El desafío para el sistema educativo es cubrir esa exigencia a través de la formación de profesionales idóneos para el ejercicio del diseño, de especialistas en la resolución del espacio interior y exterior, así como de los objetos con los que convivimos.
Es para dar respuesta a esa necesidad de capacitación que surgen las propuestas pedagógicas sobre Diseño de Interiores.
Dentro de la oferta educativa hay muchas opciones que permiten la formación de profesionales en este campo. Pero, ¿Cómo elegir dónde estudiar? ¿Qué hay que preguntar? ¿Qué aspectos hay que analizar para determinar si la propuesta educativa es seria y completa?
– En primer lugar, habrá que solicitar información a la institución acerca de cuanto tiempo tiene en el mercado, y su experiencia concreta en este campo.
Si bien el diseño ha evolucionado mucho, es conveniente buscar un establecimiento que pueda acreditar experiencia, no sólo en la docencia sino específicamente en este tema.
– En segundo lugar, la calidad docente. Es conveniente averiguar quiénes integran el cuerpo docente, y cuál es su formación y experiencia concreta en la enseñanza de diseño.
Hay una enorme diferencia entre realizar un trabajo y saber enseñarlo. Esto se pone en evidencia en múltiples situaciones de clase, en las que muchos docentes con un excelente nivel profesional, desconocen cómo transmitir esta formación al alumno.
Es importante seleccionar una institución con docentes probados, que puedan enseñar todo lo que saben y alienten al alumno a desarrollar su propio talento como diseñador.
Por otro lado, la institución debe poder sumar el aporte extracurricular de especialistas de diferentes rubros, para ampliar los conocimientos adquiridos en clase.
– Luego, si lo que se está buscando es una salida laboral, es necesario formarse lo más completamente posible en un período relativamente corto, y adquirir cierta práctica que permita rápidamente insertarse en el mercado.
Por ese motivo hay que evaluar si el plan de estudios y las materias que lo componen son aplicables directamente a la profesión; si el contacto con las empresas proveedoras es directo, y si existe flexibilidad para modificar los programas de acuerdo con las demandas del mercado.
– Indague cuáles son los recursos que se ponen a disposición del alumno (tanto tecnológicos como pedagógicos).
Es importante aprender a utilizar las más modernas tecnologías, e incorporarlas al estudio y formación cotidiana, de manera de estar actualizado cuando comience su experiencia laboral.
– Averigüe si el centro de enseñanza que va a elegir tiene prestigio entre profesionales y empresas del sector, y si otorga títulos oficiales. De este modo, le será más fácil insertarse en el mercado al graduarse.
– Finalmente, es bueno que le brinden una formación tal, que le permita proseguir los estudios en caso de desearlo, acudiendo a instancias de un mayor nivel académico como la universidad (lo que se denomina articulación universitaria).
Dentro de este horizonte, en donde el diseño se encuentra en primer plano, el desafío consiste en armarse de herramientas y profesionalizar los conocimientos para poder dar rienda suelta a la creatividad. Y en este camino es fundamental saber elegir dónde y cómo formarse, como el primer paso para una carrera profesional exitosa.
Por Alejandra Rossi
Responsable del área de RRII de Integral Instituto Superior de Diseño (www.integral.edu.ar)
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