Si
bien es fácil enamorarse, mantenerse enamorado y lograr que el amor que uno
siente por esa persona no disminuya no lo es tanto. Lograr el tipo de relación
que anhelamos y sentimos merecer implica que deberemos invertir tiempo y esmero en alimentar las necesidades de la relación
para que esta no comience a desgastarse.
Sin
embargo, la mayoría de las personas ni siquiera toma estos importantes puntos
en consideración hasta que es demasiado tarde.
La
realidad nos demuestra que a pesar de que existen caminos que nos pueden guiar
por la senda adecuada la cual nos permitirá lograr una relación que sea
realmente exitosa, un gran numero
de parejas terminan en separación y divorcio.
Además lo que debemos reconocer
es que estas se vuelven mas traumáticas
no solo cuando la pareja ha
permanecido unida por mucho tiempo sino también en aquellos casos en que los
miembros de la pareja ya han pasado los 35 años; una realidad que afecta en especial a las mujeres.
La
mayoría de las
parejas maduras que permanecen exitosamente unidas a través del
tiempo han obviamente logrado desarrollar ciertos mecanismos o habilidades que
les permiten enfrentar situaciones de crisis sin que ello implique un gran
riesgo para la relación.
Sin embargo, esto
no siempre ocurre, en especial cuando los miembros de la pareja recién han
entrado en la etapa de transición que denominamos “de mayor plenitud” en sus vidas: es decir después de los 35.
Si
bien esta es una etapa de gran plenitud para el
individuo, también pone a prueba a la relación
de la pareja porque llegada la
madurez, o mas apropiadamente la denominada Edad de la Plenitud, los miembros de
la pareja no son exactamente las mismas personas que eran cuando comenzaron la
relación.
A medida que uno madura
cronológica y emocionalmente, busca un “alimento” diferente para nutrir sus nuevos deseos y así
llegar a sentirse pleno.
Cuando
la pareja tiene metas y / o deseos muy distintos, ya sea en lo referente al
trabajo, la familia, el sexo, etc.,
esto puede crear conflicto en la relación y terminar por alejar a la pareja,
algo que quienes nos especializamos en el tema vemos muy a menudo.
Durante
la Etapa de la Plenitud, muchas personas que están en pareja comienzan a pensar
acerca de cómo seria su vida si estuvieran con otra persona. Algunas convierten
este pensamiento en realidad, mientras que otras no.
El éxito de una relación dependerá en gran parte de la
habilidad de la pareja para tomar los deseos de cada uno en consideración de
modo que no solo sus propias
necesidades emocionales sean satisfechas sino también las de su compañero / a; y para tal fin una buena y efectiva
comunicación es crucial.
Sin
embargo esto no siempre sucede y cuando los miembros de la pareja comienzan a
analizar su situación y se dan
cuenta de que la misma ya no logra satisfacerlos, se plantean cual decisión deberían tomar: si quedarse o no.
Ciertamente
es una decisión personal que no es para nada fácil. Esta es una decisión que por diversos motivos se torna aun mas difícil
para las mujeres; y no esta de más expresar que en este mismo momento miles de
mujeres se encuentran analizando tal situación.
Cuando
la decisión es irse, es casi
imposible exagerar lo que esto implica ya que los sentimientos de fracaso que la
ruptura de una relación trae consigo tiene un efecto directo sobre la
autoestima de la persona.
Sin
embargo, una ruptura no significa el final sino que visto desde un punto mas
positivo, es una oportunidad para emprender un nuevo camino . . .
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