¿Amigo de tu jefe?

¿Es conveniente entablar una relación amistosa con tu jefe? ¿Cómo estrechar los lazos? ¿Qué actitudes evitar para no echarlo todo a perder?

A veces, el amigo más difícil de hacer es aquel que firma tu cheque de pago. Todos queremos tener una buena relación con nuestro jefe, pero es preciso trazar una línea entre ser un buen empleado —tal vez el mejor— y convertirte en un lamebotas de tiempo completo.

Existe en realidad, una forma correcta y una errónea de entablar amistad con tu jefe, y todo comienza en el pensamiento de que tu jefe es una persona más que una figura de autoridad.

A decir verdad, seguramente tu jefe querrá agradar a las personas con las que trabaja tanto como tú quieres hacerlo, desarrollar una amistad con tu jefe es simplemente aprender a interactuar en un nivel social de madurez, puedes hacerlo ¿no es cierto?

¿Amigo sí o amigo no?

La mejor forma de conectarte y entablar lazos amistosos con tu jefe es mostrarle que eres un buen tipo a nivel personal —no únicamente a nivel profesional—. Los directores ascienden a aquellas personas que les agradan y a las que sienten que conocen, de modo que desarrollar una amistad con tu jefe es un inteligente paso profesional.

· Compañeros fuera de la oficina

No es sorprendente que nosotros, como personas sociales, solemos gravitar alrededor de otras personas que disfrutan cosas iguales o similares, no obstante, si verdaderamente quieres lograr un vínculo amistoso con tu jefe, deberás encontrar la manera de congeniar con él fuera de la oficina.

Ya sea en la cancha de tenis, en el campo de golf o en el polígono de tiro, los compañeros de trabajo pueden estrechar sus vínculos mediante actividades comunes que los unan fuera del ámbito de la oficina.

Embarcarse en actividades amistosas extracurriculares puede ser una buena manera de construir relaciones basadas en la camaradería y no en la autoridad, como ocurre generalmente con cualquier amistad verdadera.

· Ingresa en su mundo

Hablar acerca de las políticas de la oficina y de las quejas de los clientes, sólo le recordará a tu jefe que él es el jefe y que tú no eres su amigo, pero cuando hablas de cuestiones más personales, como su equipo de fútbol favorito o el destino de las próximas vacaciones, estarás platicando como lo haces con un amigo,y no con tu jefe. Intenta dirigir la conversación hacia temas personales y naturales, no forzados y políticos.

· Muestra interés por las pequeñas cosas

Si bien es posible que te interese muy poco el cumpleaños número cinco del hijo de tu jefe, para éste, ciertamente será un acontecimiento importante.

No es preciso que te conviertas en un lamebotas, pero hacer referencia a estas pequeñas cuestiones —como cumpleaños, la victoria resonante de su equipo de fútbol favorito, o incluso un artículo que leíste en el periódico— puede hacer la diferencia. Ésta es, después de todo, la forma en que interactúan los amigos.

La clave del juego en este caso es el abordaje natural, por lo que un comentario casual durante una conversación será perfectamente atinado.

Por el contrario, aparecerte con un regalo costoso para su hijo podría hacerle pensar que quieres agradar o que buscas desesperadamente un ascenso, es fácil echar a perder la oportunidad de hacerte amigo de tu jefe si empleas una táctica equivocada.

· Conoce a su esposa

Cuando tu jefe quiere quejarse, lo hace con su esposa, en consecuencia, ser uno de los privilegiados con acceso a los pensamientos y gustos de su esposa puede ayudarte considerablemente, sobre todo hay alguna queja que te tiene como protagonista.

Te sorprenderás al descubrir cuán beneficioso puede ser tener como aliado a la esposa de tu jefe, al igual que te aterraría saber lo peligroso que puede ser tenerla de enemiga.

Cualquier contacto personal será significativo, ya sea una conversación de 10 minutos en la fiesta de fin de año o en una reunión extracurricular, en cualquier caso, asegúrate de conseguir una alianza favorable con la persona que verdaderamente toma las decisiones.

Lo que debes evitar

A medida que te acercas a tu objetivo de convertirte en ese hermano que tu jefe nunca tuvo, es fácil cometer ciertos errores que te convierten en víctima de este vínculo —o para ponerlo en pocas palabras, en el Smithers del Señor Burns—.

· No te conviertas en su pañuelo

Tal vez tu jefe se encuentre atravesando un período complicado en el plano personal y simplemente necesita alguien en quien confiar, una simple confesión puede hacer que tu jefe comience a verte como una suerte de pañuelo durante sus períodos de miseria personal.

Si bien no hay nada de malo con tener una relación más estrecha y ganar confianza, deberás tener cuidado y no permitir que ciertas cuestiones personales vayan demasiado lejos, recuerda que en un abrir y cerrar de ojos, podrías convertirte en el lamentable Sr. Smithers.

· Evita los chismorreos

Podrías sentirte halagado cuando tu jefe se muestre dispuesto a contarte acerca de lo molesto que le resulta el ruido que están haciendo tus compañeros, pero ten en cuenta que ésta no es la clase de información que te sirve.

Imagina que viene tu jefe a contarte que va a despedir a uno de tus compañeros, ahora te encuentras en una situación decididamente incómoda.

La mejor manera de evitar este problema es cambiar el tema de conversación tan rápido como sea posible, una vez que tus compañeros comiencen a sospechar que manejas información reservada, no tardarás en quedar aislado, principalmente por temor.

· No hagas revelaciones

Tu jefe quiere creer que cada día, cuando apareces por la oficina, estás listo para dar todo lo mejor de ti. Del mismo modo, lo último que quiere escuchar es que no has dormido en toda la noche porque has estado de fiesta con tus antiguos compañeros de la escuela, como regla general, nunca vayas a decirle a tu jefe aquello que no le dirías a tu abuela, después de todo, ¿ella sigue creyendo que eres un santo, no?

· Cuándo decir cuando

Salir e ir a tomar un trago con tu jefe puede ser una manera excelente de estrechar vínculos y lograr una relación más personal, no obstante, salir y tomar 10 tragos y convertirte en Frank the Tank no es la mejor idea.

Puedes liberarte cuanto quieras con tus compañeros en una fiesta, pero lo último que debes hacer es descontrolarte ante los ojos de tu jefe.

Un tipo amistoso y agradable

La mejor combinación que puedes lograr es llegar a ser un tipo amistoso y agradable al tiempo que mantienes cierta distancia o frialdad.

Tan pronto como comiences a comportarte como un amigote, vas a generar una situación incómoda para todos los involucrados.
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