Ernest
Hemingway
Sabemos de esta ciudad, sobre todo en el exterior, por las noticias que el
escritor Ernest Hemingway y
Edward Hawke Locker
nos trajeron acerca de sus tradiciones festivas, con encierros y corridas de
toros.
Hemingway llegó por primer vez a Pamplona acompañado de su primera esposa y
repitió el viaje en varias ocasionaba fascinado con la ciudad, acostumbraba a
hospedarse en el hotel La Perla frente a la plaza del castillo.
Los Sanfermines
Quizás lo más excepcional e impresionante de Pamplona, la capital de Navarra,
son los
Sanfermines,
que desarrollan en verano, entre el 7 y 14 de julio desde el año 1591 una
increíble escenificación, muy bien narrada por Hemingway, donde casi todos los
habitantes salen a la calle vestidos de blanco con un pañuelo rojo al cuello, y
presencian o protagonizan el espectáculo erizante de arriesgar su
vida delante
de un toro. Esto es a su vez quizás descriptivo del carácter del pueblo, de
hombres fuertes y extrovertidos con tradiciones milenarias.
La historia se remonta al hijo del senador Firmus, de nombre Fermín, que se
convirtió al cristianismo y fue bautizado por San Saturnino, fue ordenado
sacerdote en Francia y regreso a Pamplona como obispo, murió decapitado en
Amiens, lugar donde había ido a practicar el Evangelio.
Es el Patrono de los viñateros, panaderos y boteros.
La fiesta de San Fermín dura 24 horas en la cual las ceremonias religiosas y
profanas conviven junto con los actos oficiales sin ningún problema, se rinde
culto al toro con el vino.
A pesar del tiempo transcurrido se sigue manteniendo la
calle como protagonista
del evento. También los toros son elemento imprescindible, presente en el
encierro por la mañana, en la plaza por la tarde y en el encierrillo por la
noche, cuando a oscuras y en silencio se trasladan los toros de los corralillos
del Gas a los de Santo Domingo desde donde, a la mañana siguiente, partirá la
singular y peligrosa carrera.
Anterior: Pamplona, mucho
más que San Fermín
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