La inmigración española a los Estados Unidos ha sido mucho más grande de lo que
se suele reconocer. De hecho, los españoles se establecieron en México y las
Islas del Caribe más de un siglo antes que los Ingleses se establecieran en
Jamestown en 1607.
Los primeros colonos hispanos dentro del área de los Estados Unidos fueron
aquellos que se asentaron en San Agustín, Florida, en el extremo este del
continente en 1565 y en Nueva México, en el extremo oeste, en el año 1598. Y el
período colonial español es sólo el comienzo.
La inmigración continúa hasta nuestros días, en los que cientos de mexicanos,
centroamericanos, sudamericanos, cubanos, puertorriqueños, y otros inmigrantes
nativos de las islas
del caribe, continúan desembarcando en los Estados Unidos.
Muchos de estos inmigrantes podrán trazar sus raíces a desde estos países
americanos hasta España. Otros, encontrarán que sus raíces no son españolas,
sino francesas, alemanas, italianas, africanas, portuguesas, o de Europa del
Este.
Al igual que los Estados Unidos, los países de América Central y del Sur
han sido un receptáculo de distintas corrientes inmigratorias.
Siguiendo el rastro de tus antepasados
Antes de la finalización del período colonial (alrededor de 1820), un estimado
de 12 millones de españoles emigraron, en primer lugar a México y luego a
América Central y del Sur.
La inmigración que siguió en el siglo posterior fue
considerablemente mayor. De un total de 54 millones de personas que emigraron
desde Europa al Continente Americano entre 1820 y 1920, 20 millones fueron
primero a América Latina (Argentina, Brasil, Cuba y Uruguay).
Buena parte de
estos inmigrantes provenía de Italia y España. Desde luego, no toda la
inmigración española fue a parar a América Latina.
Muchos españoles, entre ellos
gran número de Gallegos, Vascos, y Andaluces, optaron directamente por los
Estados Unidos. Y hubo otros que nunca llegaron a las Américas, y encontraron
destino en Australia.
Estos patrones inmigratorios son particularmente interesantes dado que la
inmigración desde Sudamérica a los Estados Unidos continúa al día de hoy.
Desde
1890 a 1906, aproximadamente 20.000 inmigrantes legales llegaron de América del
Sur, y desde 1907 a 1926, 77.000 más lo hicieron. Se estima que desde 1951 a
1975, 421.000 Sudamericanos inmigraron a los Estados Unidos. Estos números no
incluyen la abundante inmigración proveniente de Cuba, Puerto Rico, México, y
América Central, mitad de la cual ingresó en forma ilegal a los Estados Unidos.
En los ochentas, cubanos, salvadoreños, y otros inmigrantes impulsados por la
opresión política y la guerra civil cruzaron las fronteras junto a un importante
flujo de mexicanos.
A menudo, una investigación sobre la ascendencia hispana irá a conducirnos a
España, aunque es igualmente probable que comprobemos que una, dos, o más
generaciones se han establecido en países de América Central, América del Sur, o
el Caribe.
Algunas autoridades incluyen a los portugueses dentro de la población
hispana.
Ha habido extensas migraciones desde Portugal a los Estados Unidos, y
también, desde luego, las ha habido de Brasil a las Azores y de las Azores y
Brasil a Estados Unidos.
A no ser que sus ancestros inmigrantes hispanos hayan llegado a América con
registros, el mayor desafío para el historiador de la familia (en todas hay uno)
es identificar el lugar de origen en la madre patria.
Por suerte, existen varios
registros disponibles que pueden revelar dicha información.
Nada es más
excitante que descubrir que la ascendencia nos conduce a México o cruza el
océano y viaja hasta España.
Ya seas de Argentina, Cuba, México, España, u otro
país de Europa o América Latina, los tipos de registros a consultar y los
procesos de búsqueda son los mismos.
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