Toda mujer, por más
bella que se sienta, tiene la necesidad en algún momento de la vida , de modificar algo
de su cuerpo que no le satisface.
Complejos más comunes
y no siempre veraces:
–
Preocupación excesiva por verse y creerse excedida de peso
– La
celulitis atormenta a la mayoría de las mujeres y a veces de forma obsesiva.
– El tamaño
de los pechos ya sea porque son demasiado pequeños o grandes es uno de los
complejos que más preocupan al sexo femenino.
–
Prescindir del maquillaje es imposible ya que muchas se sienten acomplejadas y
se creen feas si no lo llevan puesto.
– Los
glúteos demasiado grandes y las caderas anchas son motivo también de gran
preocupación.
Cómo enfrentar los
complejos
Estar disconforme con
algo es un sentimiento habitual que en un momento u otro afecta a todo ser
humano. Lo importante es no perder la perspectiva de la realidad.
Es importante
poder compartir con otra persona del entorno esta sensación para poder tener una
visión más objetiva de los hechos.
Recomendaciones
útiles:
– Pedir
consejo sobre lo que no está gustando para tener una visión objetiva del
problema.
– Si el
complejo es físico, la mayoría puede lograr mejora con la ayuda del ejercicio.
– Una dieta
adecuada y rica en frutas y verduras facilita la disminución de la celulitis
localizada. La gimnasia también es buena para aumentar y fortalecer el pecho.
– Beber
mucha agua es recomendable para lograr un mejor aspecto de la
piel.
– No tomar
decisiones si se está obsesionada con el problema. El entorno de la persona es
fundamental para poder detectar cuando el problema es mucho más grave de lo que
realmente parece.
Las cirugías son
válidas para aliviar un complejo grave que impide el normal desarrollo de la
persona.
“La mujer debe ser consciente que los problemas de autoestima no se
erradican con una intervención quirúrgica. Hay que analizar profundamente a la
persona para saber si este complejo requiere una terapia que va mucho más allá
de una intervención que incluso puede llegar a agravar una patología subyacente”,
sostiene la psicóloga española Marta Plebs.
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