Las articulaciones más frecuentemente afectadas, en general, son las que mayores
presiones soportan (caderas, hombros, codos).
Los
animales de avanzada edad son vulnerables a padecer de esta dolorosa enfermedad,
en especial, si presentan cierta predisposición como en el caso de la Displasia
de Cadera que se aprecia con mayor asiduidad en razas como Ovejero Alemán,
Labrador, Rottweiller, Collie entre otros.
Tanto
el trauma como la obesidad contribuyen en el avance de la enfermedad. El
desgaste excesivo de las superficies articulares, ocasionado por la inflamación,
deja expuesto a la porción del hueso subcondral que se ve afectado por el
rozamiento con la superficie opuesta desencadenando así el dolor.
Los
síntomas se asocian a estos dolores y son: dificultad para levantarse,
movimientos corporales lentos, permanecen la mayor parte del día acostados, pérdida
de masa muscular por desuso. Este último signo es muy común de observarlo en
la Displasia de Cadera; los dueños suelen comentar que a pesar de su apetito,
su mascota ha perdido peso.
El
frío y el ejercicio brusco o exagerado intensifican el dolor.
El
tratamiento es paliativo, el objetivo es mejorar la calidad de vida de la
mascota.
Se
utilizan medicamentos antinflamatorios y regeneradores articulares. El control
del peso, en el caso de los animales obesos ayuda a restar presiones sobre las
articulaciones afectadas. El ejercicio debe ser restringido y controlado de
manera tal de evitar la atrofia muscular por desuso sin colaborar en el desgaste
articular.
Se
les deberá proveer de una cama acolchada y cómoda para que el enfermo pueda
descansar mejor.
Los
exámenes Veterinarios periódicos son indispensables para lograr el correcto
manejo de la enfermedad