Excusa 1
¡No tengo tiempo!
Lo mejor es hacer ejercicio por ratos cortos a lo largo del día, buscando los horarios que le resulten más cómodos.
Lo ideal es caminar tres veces por día durante 10 minutos cada vez, en intervalos de tres horas.
Hágalo por terrenos planos, sin subidas ni bajadas.
Camine distancias que no le causen dolor en las piernas o en la
cintura.
Excusa 2
¡Estoy muy cansado!
El ejercicio da energía. Tal vez el cansancio sea producto de la
falta de ejercicio.
¿Por qué no hace la prueba?
Para empezar:
– Haga los ejercicios lentamente.
– Acompañe los movimientos con la respiración. Tome y suelte el aire suavemente.
– Diseñe su propio plan de ejercicios.
– No realice todos los ejercicios juntos. Haga un plan progresivo, aumentando la cantidad de tiempo que le dedica cada día.
– No realice los ejercicios que le producen dolor.
– Realice los ejercicios que siente que le hacen bien y le producen placer.
Excusa 3
¡Me da vergüenza!
¿Y por qué no sentirse orgulloso de cuidar su cuerpo y su salud?
Excusa 4
¡Solo me aburro!
Hágalo en grupo. Puede ir a un gimnasio, o pedir que lo acompañe su pareja o algún amigo/a, o algunos de sus hijos.
Si no tiene más remedio que hacerlo solo, acompañe los ejercicios con música o cualquier otra cosa que lo haga sentirse acompañado (¿o por qué piensa que hay televisores en los gimnasios?).
Si le cuesta mantener la continuidad, fraccione el tiempo de los ejercicios, como se recomendó para la excusa 1.
Excusa 5
¡Hace calor! (o frío, o llueve mucho, o…)
Usted, ¿pregunta cómo está el tiempo antes de tomar un remedio?
El ejercicio es el mejor y más sano de los remedios, y sin contraindicaciones (salvo consejo médico en contrario).
Diseñe su propio plan de ejercicios basándose en lo que le gusta hacer, para tener menos excusas para abandonarlos.
Y sea constante. Sólo verá los beneficios si los realiza en forma regular.
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