Pocas
actividades en el campo de la creación han sido rodeadas a través de la
historia con tan enigmáticas aureolas como la creación literaria.
Desde el
famoso concepto de que la inspiración llega cuando menos se espera, hasta que
famosos escritores como Scott Fitzgerald, Hemingway o Truman Capote escribían
borrachos, han campeado por doquier.
La
realidad es que no se concibe la creación literaria sino después de un arduo y
difícil trabajo. Que hay más de transpiración que de inspiración en la
redacción de una novela, de un cuento, de un poema o de cualquier
historia, y que no existe mayor desafío para un escritor que el que debe
afrontar al enfrentarse diariamente a la página en blanco.
Eduardo
Galeano dice que se toca la oreja diciéndose para sus adentros " a que no
te
atrevés" y se imagina que va a escribirle a una hermosa y amada
mujer y así se decide.
García Márquez afirma que trabaja de 8 a.m. a 2 p.m.
sin ser interrumpido, enfundado en un overol de mecánico, para expresar lo
arduo de su trabajo y se da por satisfecho si logra redactar una cuartilla al
cabo de esas 8 horas.
Tampoco
es cierto que para escribir magnas obras se deba vivir en la miseria…o en la
opulencia. El poeta José Hierro escribía sus versos en una bar de la avenida
Barcelona y aseguraba con toda sinceridad que allí
encontraba más concentración que en su propia casa.
¿Dónde
escribía? En cuadernos, a mano. Vargas Llosa, por su parte, utiliza el
computador – no la añorada Remington de sus años mozos – pero esto no implica
que haya
perdido calidad en su obra sino todo lo contrario, y viaja por el mundo
sin perder sus apuntes ni dejar inconclusos sus trabajos. Todo lo lleva en
modernos disketttes.
Lo importante entonces no es el lugar, ni la forma como Usted lo haga, así como
tampoco si escribe en servilletas – dicen que J.K Rowling la ahora célebre
autora de Harry Potter concibió su primer libro de esa saga en una
cafetería, escribiendo en un cuaderno a mano, mientras cuidaba que su niña no
se despertara y empezara a llorar en el coche – o en impecables blocks de notas,
o en un sofisticado notebook. La constante parece ser trabajo,
trabajo, trabajo.
No se aflija si no le salió la frase como quería, o el verso
con la música que aspiraba, continúe trabajando, que poco a poco se le va
"soltando la mano", o para utilizar una frase muy recurrente en
el juego
del béisbol " se le va calentando el brazo".
Una aclaración: Si Usted escribe poesía o narrativa, no debe tener más en
cuenta que su honestidad al hacerlo y el saber que si pretende dirigirse a un
lector consuetudinario de literatura y esta será su primera obra, van a
ser muy rígidos con Usted en los aspectos técnicos o formales, muy distinto
que si pretende llegar a neolectores o analfabetas funcionales.
Pero si Usted
escribe una obra técnica o de sociales – digamos un texto para enseñar
matemáticas, o de ingeniería, o de derecho – entonces debe tener en cuenta
varios aspectos, como son la metodología, el lenguaje y la forma en que
pretende llegarle a esos lectores.
Ahora bien, si Usted es Editor y hace sus primeros pinitos, debe primero definir
una línea editorial ( no publicar de todo, digamos, un libro de narrativa otro
sobre hortalizas, uno más de poesía y otro del código penal, etc.)
Además,
toda decisión editorial – o lo que es lo mismo, de publicar – debe estar
precedida de una investigación: Quién ha publicado antes sobre ese tema,
cómo lo publicó – formato, tipo de letra, etc -, qué canales de
comercialización utilizó y sobre todo, cómo le fue en los aspectos de difusión
o comercialización.
Antes de publicar una obra – sobre todo técnica – recurra a conceptos de
personas versadas en la materia y sométala a una corrección técnica
y de estilo.
Algunos
autores – sobre todo los literarios – se niegan a someterse a correcciones de
estilo y esto es respetable, pero el hecho de aceptarlo o no, es responsabilidad
del editor.
Pero en el caso de las obras técnicas, sí es imprescindible la
corrección técnica. Monumentales errores se han visto hasta en las mejores
familias, y una vez el libro publicado, poco podrá Usted hacer si confundieron
kilovatios con Kilómetros….
Para
esta primera entrega, vamos desde ya a sugerirle una sentencia que pretendemos
que Usted como escritor o Editor coloque como un aforismo encima de su mesa o
sitio principal de trabajo: "NUNCA SE DEBE PUBLICAR UN LIBRO QUE NO SE SEPA
COMO SE VA A VENDER O A DIFUNDIR."
Próxima
entrega: Las Áreas Editoriales (Para que Usted sepa en que área del
conocimiento debe ir su libro. Esto le determina el mercado y la diagramación y
diseño de la obra).
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