Simplemente, estamos sometidos a tantos estímulos que,
prestar atención de forma
voluntaria a algo resulta muy complicado y mantenernos en ese estado de
concentración una vez que lo hemos logrado, es casi imposible. Por eso, te
presentamos unos trucos para que consigas mejorar tu capacidad para
concentrarte.
Cuando una persona se
concentra, lo que está haciendo es dirigir toda su atención consciente hacia un
objetivo determinado, ignorando de forma voluntaria todo aquello a lo que no le
interesa prestar atención.
Parece más fácil decirlo que hacerlo, pero una mente
entrenada es capaz de realizar esta acción de forma voluntaria porque se ha
preparado para ello.
Si quieres concentrarte,
aprende a realizar juegos de magia
Practicar trucos de magia
es una forma muy efectiva de mejorar tu concentración, porque no sólo hay que
estar atento a las acciones que debes realizar como mago, sino a las reacciones
del público ante el que estás actuando.
Una forma de adquirir con
éxito tus habilidades como mago, es practicar frente al espejo. Así, podrás
desarrollar el hábito de mirar a los otros mientras realizas tu rutina de magia
y con ello, estarás adquiriendo la capacidad de concentrarte con mayor
facilidad.
Para facilitar la
concentración, utiliza varios sentidos
Es más fácil que
consigamos concentrarnos al ver una película que al escuchar a alguien hablar
por teléfono. ¿Te has preguntado alguna vez por qué?
La respuesta es bien
sencilla: mientras ver una película requiere la intervención de la vista y el
oído; para escuchar una conversación telefónica, sólo hace falta poner en
funcionamiento nuestro sentido de la audición.
Desde esta perspectiva, la
receta para concentrarse tiene que ver con utilizar el mayor número de sentidos
a la vez. Así, por ejemplo, será más fácil memorizar una lección de historia si
además de escucharla, la visualizamos; y si podemos situar en un mapa los
personajes que se citan, pues mejor.
Detecta las condiciones
que mejoran tu concentración
Todos hemos vivido la
experiencia de sentir que estamos intensamente concentrados. El problema es que
tras haber experimentado esta sensación, no sabemos cómo hacer que se repita
cuando queremos.
Si le preguntamos a
cualquier persona que sea experta en alguna habilidad, seguro que sabrá
contarnos en unos simples pasos cómo logra ponerla en práctica. Con la
concentración, ocurre lo mismo.
Básicamente, lo que debes
hacer es llevar un registro de qué condiciones has detectado que son favorables
para que entres en un estado de concentración, y tratar de emularlas tanto como
sea posible. De esta forma, irás mejorando poco a poco tu habilidad para
concentrarte a voluntad.
Prueba todos los métodos
que encuentres
Si vamos a cualquier
biblioteca, seguro que encontramos más de diez libros que prometen ayudarnos a
mejorar nuestra concentración.
Muchas veces, los leemos, llevamos a cabo sus
enseñanzas y nos damos cuenta de que mejoramos, pero no lo suficiente. Esto
suele pasar porque ponemos todas nuestras esperanzas en un único método, cuando
es mejor utilizar varios a la vez.
Piénsalo de esta forma: si
con un único método para concentrase bastase, no se seguiría investigando en
este campo, ¿no?
Aprender muchos métodos
puede ayudar a que controles con más facilidad las variables que pueden provocar
que pierdas la concentración. Cada método, está enfocado desde una perspectiva
diferente, lo que ayuda a reducir las lagunas de aprendizaje que todos
encontramos al adquirir nuevos conocimientos.
Conoce tu cerebro
La neurociencia cognitiva
nos ayuda a conocer mejor nuestro cerebro y su funcionamiento, lo que permite
que podamos interiorizar con más facilidad las acciones que tenemos que poner en
práctica para alcanzar un estado óptimo de concentración.
Cuando uno ha visto un
escáner de un cerebro concentrado, es más fácil visualizar qué nos pide cada
autor que realicemos con nuestra mente para lograr concentrarnos, y con ello es
más probable que alcancemos el éxito en esta tarea.
Por otro lado, al conocer
mejor el funcionamiento de la mente, será más fácil recrear las condiciones que
necesitamos para concentrarnos mejor y con mayor facilidad.
Aprender a concentrarse es
una habilidad que se desarrolla con la constancia y la voluntad. Por ello, es
fundamental practicar cada día si es posible y valorar cada error como parte del
aprendizaje, y no como un fracaso absoluto.
Porque si algo tienen en común las
personas con habilidades mentales prodigiosas es que siempre están tratando de
ser mejores. Lo que implica que no son perfectos, ¿no?
Por Jenny Guerra Hernández
www.facilmente.org
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