A qué edad hay que irse a vivir solo

Consejos prácticos para la hora en que los jóvenes comienzan a pensar en independizarse



Llega un momento en la vida de todo ser humano que se caracteriza por querer
experimentar las propias
vivencias sin tener ninguna red detrás que resguarde de
los riesgos y decisiones contraídas. “El independizarse es tal vez la primera
medida que identifica a la edad adulta y madura.

Lo cierto es que no hay una
edad específica. Puede ser a los 18 como a los 30. El único requisito
indispensable es tener la suficiente madurez para poder hacerse responsable de
uno mismo sin depender de nada ni nadie”
, comenta la socióloga argentina
Soraya Carnevale.


A tener en cuenta al irse a vivir solo

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El irse a
vivir solo implica asumir sí o sí responsabilidades. “El tener un
trabajo es fundamental ya que la verdadera independencia se basa en poder
satisfacer las necesidades y comenzar un camino hacia el desarrollo persona en
el cual la economía e s un factor clave y fundamental para poder lograr dicha
libertad
”, comenta la especialista.

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“Hay personas muy maduras que a los 20 años ya tienen en claro qué pretenden de
la vida. Por uno o varios motivos deciden irse a vivir solos, ya sea porque la
convivencia en la casa es compleja o porque realmente tienen un proyecto de vida
establecido. Consiguen un trabajo y deciden volar del ala materna y comenzar una
vida nueva y llena de sorpresas
”,
opina la profesional.

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Por el contrario, hay jóvenes que están muy cómodos en la casa de los padres y
no se plantean el abandonarla por nada del mundo.

“No saben lo que es tener
una obligación, han tenido todo servido en bandeja, no corren riesgos y no
tienen intenciones de independizarse y valerse por sí solos ya que ello requiere
mucho coraje, determinación y tener los objetivos claros
”, sostiene la
socióloga.

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Es natural que dar semejante paso dé miedo y genere ansiedad e incertidumbre.
“Todo lo nuevo y desconocido aporta al principio un grado de ilusión, pero
también de dudas.

Lo importante es que la persona que tiene la intención de irse
a vivir por su cuenta sienta el respaldo de su familia y de su entorno ya que el
apoyo emocional y la buena energía es fundamental para animarse a cambiar de
vida.

Los padres sobre todo son quienes deben acompañar al hijo a ver inmuebles,
dar consejos y el hijo debe estar dispuesto a escuchar y valorar la experiencia
de los adultos para no caer en equivocaciones que podrían haberse evitado
”,
explica la especialista.

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Muchos jóvenes cambian de residencia para poder estudiar. Tienen que irse a
vivir solos, pero aún dependen económicamente de sus familiares.

“En estos
casos es conveniente que exista un acuerdo muy claro ya que el recibir dinero
sin trabajar puede provocar una conducta impropia en el joven.

Establecer un
convenio en el cual se indica que se dará dinero hasta finalizar los estudios o
hasta cierta fecha y que luego, el joven deberá asumir su propio destino.

Esto
es muy saludable para ambas partes ya que hará que el joven sienta la
responsabilidad y también la necesidad de ayudar a la familia con este gasto
económico que implica su educación”
, finaliza recomendando la socióloga.