Cómo buscar un buen socio para tu negocio

Las sociedades sirven para aumentar la competitividad. No solamente hay que tener en cuenta el dinero al consolidar una empresa sino otros aspectos que detallamos a continuación


Las alianzas
para constituir sociedades han aumentado en los últimos tiempos,
pero hay que tener en cuenta que la mitad de ellas, fracasa.

La compatibilidad
de los socios es indispensable para que la empresa funcione y pueda tener un
futuro prometedor.

Es importante tener en cuenta si ambos posibles socios tienen
los mismos objetivos. También es válido saber si se complementan adecuadamente y
tener muy en claro las habilidades de cada uno.

 La relación afectiva que se
gesta entre ambas personas también es muy importante ya que la confianza y el
sentirse acompañado es fundamental para establecer un buen negocio.


La actitud y la buena disposición para enfrentarlos problemas es un factor clave
para que en los momentos de crisis, éstas se puedan resolver con mayor facilidad
sin caer en altibajos. Un buen socio tiene que sentir motivación por el proyecto
del que forma parte y ser un buen comunicador.


Para fundar una empresa hay varias opciones:

·
Constituirla uno solo

·
Formarla con un socio

·
Fundarla con dos o más socios


Todas estas alternativas tienen sus puntos fuertes y contrariedades. El ser el
único propietario tiene como principal ventajas que no hay que compartir
decisiones ni beneficios.

Tampoco hay que invertir tiempo en reuniones ni
discusiones que en muchas oportunidades dan lugar a inconvenientes mayores
incluso, hasta la disolución del vínculo acaecido.


El tener un compañero al lado posibilita el hecho de compartir tareas y
responsabilidades como también los beneficios y las pérdidas que la
sociedad contraiga.

Si se llega a tener un buen método para prevenir conflictos es la
mejor alternativa ya que son dos personas que podrán pensar en cómo hacer
funcionar y crecer una institución.


El tener más de dos socios puede exponer más problemas que ventajas ya que la
opinión para ejecutar las acciones tiene que ser unánime y no es fácil llegar a
un acuerdo cuando los miembros son varios.


Elegir la opción adecuada dependerá del capital que se tenga y también de las
intenciones. Hay que ser muy claro con lo que se quiere y pretende alcanzar.

Si
hay más de una persona involucrada es mejor que lo sepa desde el primer momento
y si los demás socios no son claros o no tienen las ideas bien concebidas, es
mejor no meterse en problemas antes de tiempo.


Hay que poder clarificar de entrada cuánto dinero pondrá cada socio, a qué se
dedicará cada uno dentro del proyecto, cuáles son los derechos de sus miembros y
cómo se actuará en situaciones de crisis o de discrepancia.

Es conveniente dejar
todo por escrito para que cada parte pueda responsabilizarse de lo sucedido sin
tener que gastar tiempo en discusiones inútiles.


Uno de los más evidentes errores que se suelen cometer es elegir a un amigo como
socio. Podrá tener muy buenas intenciones, pero es mejor asociarse con alguien
que sepa mucho del tema aunque no sea el mejor amigo que se tenga.

De este modo
se evitarán problemas si llegan a existir inconvenientes ya que la relación de
amistad, no solamente la sociedad se terminaría por destruir. Para elegir al
socio apropiado es mejor tomarse todo el tiempo necesario.


El socio ideal podría ser aquel que ha trabajado con uno durante mucho tiempo y
al que conocemos muy bien en funcionamiento. Es una persona de una edad similar
a la que uno tiene y con la cual existe una relación de respeto mutuo.


Otros aspectos que complementan la elección:


Un buen candidato posee inteligencia, integridad, energía, coraje y motivación.
Comparte las mismas intenciones y ambiciones y no se deja influenciar fácilmente
por personas ajenas a sus proyectos. Es una persona decente y sensata, con un
buen historial ético y financiero.


El buen funcionamiento de la sociedad dependerá de la seriedad con la que todas
las partes desempeñen la labor. El compromiso debe ser equitativo para que luego
no haya discrepancias ni diferencias a la hora de llevar a cabo el trabajo
diario.


Recomendaciones:


Si ya se ha fallado en la elección de un socio, lo mejor es reflexionar acerca
de los errores cometidos para no volver a incurrir en el mismo error.


Los acuerdos verbales deben ser evitados por más que exista mucha confianza o se
sea un familiar. A riesgo de quedar como desconfiado, es bueno explicar a la
otra parte que se hace esto a favor de todos y en beneficio de la sociedad y su
futuro.


No dejarse influenciar por las malas opiniones o los pensamientos negativos.
Para llevar adelante una empresa hay que tener coraje, saber asumir riesgos y
sobre todo tener una mirada positiva. Es mejor no juntarse con gente negativa

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