Lo ideal sería que cualquier persona fuese capaz de participar en una charla
agradable en la oficina, con sus colegas y
clientes, y de llevarse bien con los
demás. Si esto sería lo ideal pero muy frecuentemente solo se da con ciertas
personas y con otros tantas no existe esta relación armoniosa.
Por lo general, los demás nos dan pistas que nos indican lo que tenemos que
decir para conectar con ellos.
Enumero a continuación algunas “normas de interacción social” que te pueden ser
de utilidad en el día a día.
Los 7 consejos para llevarte bien con tus clientes
1. Reconoce la presencia de los demás.
Dí siempre hola o saluda con la cabeza a cualquiera que hable contigo. (De
hecho, ¡intenta hablarles tú primero!). Nunca pases al lado de alguien sin
sonreír o reconocer o reconocer su presencia;
En la organización no hay cabida para la mala educación, y ciertamente no le
llevará a ninguna parte.
2. Inicia la conversación.
Habla con cualquier desconocido que esté sentado o de pie cerca de ti en
cualquier momento. No esperes que otros hablen primero. Comparte algunos
acontecimientos personales sobre ti mismo y pregúntale a la otra persona sobre
su vida. Practica hasta que te sientas cómodo haciendo esto.
3. Mantén la conversación.
Intenta encontrar algo que te interese sobre la otra persona y habla sobre ello.
“¿Vives en la zona sur de la ciudad?. Yo fui a un colegio en esa zona”. Observe
a esa persona y céntrate en todos los detalles con curiosidad, pero elimina los
juicios de valor.
4. Sintonía.
Me refiero al acto de reflejar las pistas no verbales de la otra persona, así
como su estado emocional general. Se basa en la empatía, la habilidad para
imitar internamente los sentimientos de otra persona. Permite que tu cuerpo y tu
cara demuestren interés, según lo que esté discutiendo.
Comportamientos no
verbales sincronizados, como por ejemplo, hacer lo que otro está haciendo
(cruzar las piernas, mover las manos ….) o inclinarse y sonreír, facilita el
intercambio de emociones y te permite interpretar mejor los sentimientos de los
demás.
No hablo de “sintonizar con la otra persona en beneficio propio”. Esto se
denomina
manipulación. Para crear unas relaciones eficaces, es imprescindible
demostrar un interés genuino y el deseo de conectar con ellos.
5. Sincronización.
Es una forma de reconocimiento de la otra persona antes de desviar la
conversación en otra dirección. La mejor manera de hacerlo sería resumiendo en
una o dos frases lo que piensas que esa persona ha dicho; así sabrá que le has
prestado atención y estará más dispuesta a cambiar de tema y discutir el
problema que tú propones.
Por ejemplo, si dos compañeros de trabajo tuyos están hablando sobre el partido
de futbol del domingo y tú quieres discutir o comentar un proyecto con uno de
ellos, haz un par de comentarios sobre el partido o platea alguna pregunta si no
lo vistes.
Posteriormente di, “Alberto, necesito hablar contigo sobre la agenda
del proyecto”. Probablemente, Alberto estará más dispuesto a discutir tu tema
porque tú has reconocido la importancia del de él.
Si utilizamos la sintonía y la sincronización para conectar con los demás, ellos
estarán más receptivos a nuestras opiniones y sentimientos. Es la base de la
persuasión y la influencia.
6. Incorpórate a la conversación de forma correcta.
Esperar el momento oportuno es clave en las interacciones sociales. No
interrumpas nunca a otra persona para incorporarte a otra conversación: las
personas resienten las imposiciones en una conversación y, con frecuencia,
ignorarán lo que digas.
Primero escucha durante unos minutos y utiliza tu
lenguaje no verbal para sincronizarte (postura del cuerpo, mirada…). Normalmente
alguien te verá y reconocerá tu presencia.
También puedes esperar a que hagan
una pausa en la conversación, pero asegúrate de plantear una pregunta o de
ofrecer un comentario sobre lo que los demás están hablando antes de intentar
llevar la conversación en la dirección que deseas.
7. Contagia a los demás tu estado de ánimo.
Si deseas que los demás adopten tu estado de ánimo o el tipo de relación que tú
prefieras, antes tienes que demostrar empatía y sincronizar con ellos.
La auto-apertura también es útil, ya que si revelas tus propias preferencias y
sentimientos, estarás ayudando a los demás a ver tu propia perspectiva, incluso
aunque no estén de acuerdo contigo.
Los líderes cualificados (y esto es aplicable a todos) saben que, en ocasiones,
tienen que compartir sus propias ideas y sentimientos antes de pedir a los demás
que lo hagan. Cuando mantienes una actitud abierta, los demás están más
dispuestos a colaborar y a dejarse persuadir.
Por
Arnu Rodríguez
www.SalesPlus.es
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