Mascotas virtuales, juegos que son mucho más que juegos

Las mascotas digitales tienen la intención de acompañar y entretener a los dueños sin los contratiempos que acarrearía un animal de carne y hueso. ¿Cuáles son las ventajas y los malos hábitos que se pueden desarrollar si se abusa de este tipo de dispositivos? 


Las mascotas digitales pueden ser un divertido
entretenimiento, pero como todo
tiene que utilizarse con criterio y sin abusar de su uso.

“Hace poco, ha cumplido quince años la primera mascota virtual que ha salido
en el mercado. Nadie se imaginaba que tuviera semejante éxito. Los niños se
despertaban a la madrugada para atender al animalito y descuidaban sus tareas
escolares.

En el colegio se la pasaban jugando con su criatura. Todo esto generaba una
dependencia excesiva que solamente traía más desventajas que beneficios. Los
niños se aislaban para jugar con su aparato y dejaban de lado a todos.

Un habito tan sencillo como el salir a jugar con los amigos se estaba
perdiendo
”, explica el sociólogo español Joaquin Villaverde Vilaró.


Si el producto es utilizado con conciencia, es posible poder desarrollar un
sentido de responsabilidad y compromiso. Estos comportamientos pueden ser un
beneficio para aquellas personas que desean en un futuro tener una mascota de
verdad.

“Darle este sentido al  animal
digital
es la mejor de las opciones. Lejos de
la obsesión o la ansiedad que se pueden llegar a despertar por estar
veinticuatro horas al día pendiente de un ser inexistente, el control es la
única manera de no perder la perspectiva y obtener del animal virtual los
mejores resultados”
, comenta el especialista.


Necesidades de la mascota digital


Hay que cuidarlas, darles de comer, atender  todas las necesidades y sobre todo,
brindarles afecto. Si alguno de estos factores se descuida, la mascota muere y
esta situación genera mucha angustia.


Algunos de los trastornos más frecuentes que experimentan quienes tienen una
mascota virtual a cargo son: depresión, frustración, ansiedad, insomnio,
soledad, falta de hambre y aislación.


“Es importante que los padres estén muy atentos ya que en la actualidad, la
tecnología ha avanzado tanto que los modelos son muy sofisticados y parecen
sumamente reales.


Esto hace que los usuarios, sobre todo los niños y jóvenes se vean muy
enganchados. El pasar más horas de las debidas ateniendo a estos animales de
mentira puede causar problemas sociales graves, desatención en el estudio o
trabajo e incluso incidentes por distracción
”,
comenta la profesional.


Más allá de que las mascotas virtuales entretengan, “ningún robot o copia
puede reemplazar el afecto que brinda un animal. Hay que ser consciente de esta
realidad y evaluar muy bien los pros y los contras”
, opina Villaverde.